Las reclamaciones por la granizada colapsan las oficinas
Vitoria pide la declaración de zona catastrófica por los daños
El alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, anunció ayer, con el respaldo de la Junta de portavoces, que ha solicitado la declaración de zona catastrófica para Vitoria, como consecuencia de la granizada que asoló la ciudad el miércoles por la tarde. Miles de vecinos han resultado afectados, lo que ha llevado al consistorio a habilitar oficinas de información en los once centros cívicos de la ciudad, después de que las oficinas centrales de la Plaza de España se colapsaran con colas que rodeaban todo el edificio municipal. Si el consorcio de aseguradoras admite la consideración de zona catastrófica, se verán beneficiados muchos afectados cuyos vehículos se protegían con seguros a terceros.
Los centenares de coches dañados saturan los talleres de lunas y chapa
El día después de la tormenta certificó su virulencia: centenares de coches con las lunas rotas, desperfectos en aleros, tejados y, sobre todo, cubiertas de cristal, y un mar de ramas y hojas cubriendo las calles de Vitoria. Todos los talleres de parabrisas y chapa están saturados de trabajo, hasta el punto de que se requiere cita previa. La conocida franquicia de reparación de lunas Carglass pasó de atender 20 reparaciones al día a 250. Y ha solicitado refuerzos de toda la cornisa norte para poder reparar los centenares de coches que acuden a sus instalaciones: 30 trabajadores venidos desde A Coruña, Oviedo, Santander y el resto del País Vasco ayudan desde ayer a los 5 empleados vitorianos.
Los daños en los automóviles muestran la brutalidad de los 15 minutos de granizada, con bolas de hielo como pelotas de golf, que hizo bajar en una hora a la mitad los 34 grados de temperatura que registraba Vitoria a las cinco de la tarde. Bastantes de los afectados, comenzaban sus vacaciones. "Nos hemos quedado sin coche unas horas antes de salir de viaje", comentaba, desolado, Alberto Elorza, de Lakua, uno de los barrios más afectados. Su taller le ha confirmado que en un par de días le habrán solucionado el problema de las lunas.
De los desperfectos de chapa nadie quería hablar ayer. La estimación de un carrocero ante un coche de alta gama que sufría abolladuras en el capó, el techo y la trasera ascendía a 6.000 euros, "como mínimo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.