Ludmila Zíkina, cantante rusa

La famosa cantante folclórica rusa Ludmila Zíkina falleció en Moscú de paro cardiaco el 1 de julio, a los 80 años. Zíkina, que había sufrido un infarto a fines de junio cuando se preparaba para comenzar una gira artística veraniega por Rusia, se encontraba en el hospital.

Era un icono de la época soviética, cantante adorada por millones de ciudadanos del imperio comunista, entre ellos, por el máximo dirigente, Leonid Bréznev. Entre sus admiradores, según afirman los rusos, también se contaron el actor y director cinematográfico Charlie Chaplin, la política india Indira Gandhi, el presidente francés Charles de Gaulle y el gran pintor Marc Chagall.

Antes de dedicarse a la música, Zíkina, que nació en Moscú el 10 de junio de 1929, hija de un obrero y una enfermera, trabajó como tornera en una fábrica durante la II Guerra Mundial. Al terminar la contienda, mientras estudiaba en la escuela obrera, participó en un concurso de jóvenes cantantes y fue invitada a unirse al popular coro folclórico Piátnitski.

Su ascenso al Olimpo no fue fácil. En el coro se estrenó como solista, pero a los dos años, una tragedia -la muerte de su madre, en 1949- terminó de un plumazo con su incipiente carrera: perdió la voz y tuvo que abandonar la música para ganarse la vida en una imprenta.

Recuperar la voz

Pero no cejó en su empeño por consagrarse a lo que era su vocación y comenzó a ejercitar su voz, hasta que la recuperó y pudo, a principios de los años cincuenta, volver a cantar, esta vez en el Coro de la Radio Soviética. Fue entonces cuando la contralto adquirió ese timbre por el que se la reconocía de inmediato.

La auténtica fama le llegó en 1957, cuando fue premiada en el Festival Moscovita de Jóvenes y Estudiantes, éxito reforzado por su triunfo en el Concurso Nacional de Intérpretes de Música Ligera, en 1960, con lo que pudo convertirse en solista. Pronto se volvió una estrella, la cantante número uno de la URSS, pero no se le subieron los humos a la cabeza y siguió estudiando: en 1969 se diplomó en la Escuela Musical Ippolítova-Ivanova y en 1977, ya con 48 años, en el prestigioso Instituto Gnésinij.

Fundó en los años setenta su propio conjunto folclórico, Rossía (Rusia), que tuvo un éxito estable a pesar de los cambios políticos y la modernización del país. A lo largo de su vida de cantante obtuvo las más altas distinciones estatales y decenas de galardones, como el Premio Nacional de Rusia Glinka y la Orden de Héroe del Trabajo Socialista.

Sus discos se vendieron por millones y realizó giras por 92 países, como Alemania, Austria, Estados Unidos, Francia -donde grabó un álbum que llegó a ser disco de oro-, Gran Bretaña, Japón... Conoció a los Beatles y fue aplaudida por Sinatra, con quien incluso tuvo conversaciones para grabar juntos. La cantante se consideraba afortunada y solía repetir: "Soy la persona más feliz, porque lo he experimentado todo en mi vida".