Sevilla desvela un hogar de la Edad del Bronce

El primer indicio de ocupación humana de Sevilla ha sido hallado en el Alcázar. Casi todo apunta a que se trata de una cocina del periodo final de la Edad del Bronce. El alcaide del Patronato del Real Alcázar y la Casa Consistorial, Antonio Rodríguez Galindo, señaló ayer que el hallazgo corresponde a "una especie de hogar antiguo, una pequeña choza, casa o habitáculo". Los trabajos arqueológicos iniciados el pasado febrero en el Patio de Banderas han dado un importante fruto con la detección de la primera actividad humana identificada en Sevilla hasta el momento. Los restos se encontraban a cinco metros de profundidad y datan de la primera mitad del siglo VIII a. C.

Las excavaciones en el Patio de Banderas ofrecen un recorrido cronológico por la historia de Sevilla y por las culturas y civilizaciones que han pasado por el sur de la península Ibérica. La zona del Patio de Banderas representa un enclave propicio para conocer el papel de romanos, vándalos, visigodos, musulmanes y cristianos en la historia de la ciudad. De esta forma, las excavaciones han permitido localizar un gran edificio romano perteneciente a la ciudad republicana que se ha fechado de forma provisional en el siglo I a. C. El edificio alcanza los tres metros de altura en algunos muros. El inmueble se caracterizaba por su monumentalidad y su situación elevada sobre el nivel del cercano puerto.

Los trabajos arqueológicos dan claves sobre el pasado romano

Este edificio se reestructuró a finales del siglo I o inicios del siglo II. Fue destruido y sustituido por otro inmueble en el siglo IV. El informe de la investigación arqueológica apunta que esta nueva edificación tal vez se relacionase con el baptisterio paleocristiano excavado a escasos metros. El edificio fue destruido a principios del siglo V, probablemente a manos de los vándalos. El saqueo de este pueblo de la Germania antigua que invadió la España romana obligó a ocultar un pequeño tesoro de monedas y un crismón (monograma del nombre de Cristo) de la serie del obispo Marciano de Sevilla.

El informe señala que los visigodos pudieron construir un nuevo edificio de ladrillos sobre las ruinas del antiguo inmueble paleocristiano en la segunda mitad del siglo V. Este nuevo edificio podría tener un carácter religioso. En cualquier caso, durante el siglo XI, en la Sevilla islámica, se destruyó el "posible complejo religioso visigodo". En su lugar, se levantaron edificios y calles pertenecientes al arrabal islámico. Hubo reformas en los edificios islámicos, posiblemente tras la construcción del Alcázar en el siglo XII. Finalmente, las excavaciones detectan un abandono del uso de las viviendas en el siglo XIII, posiblemente tras la conquista castellana.

En resumen, el Patio de Banderas ofrece un completo recorrido por la historia de la ciudad cuyo inicio se remonta a una cocina de la Edad del Bronce. El informe recalca que este "primer indicio de ocupación humana de Sevilla (...) posee una carga simbólica y didáctica digna de tenerse en cuenta". Rodríguez Galindo comentó que "en septiembre se decidirá si se realiza una nueva cata o se hacen visitables estos restos arqueológicos".