Pocos se acuerdan de Farrah Fawcett

Farrah Fawcett no tuvo esas horas para el recuerdo que se le conceden a todos los personajes famosos en la hora de su muerte. La noticia de su adiós conmovió a millones de personas tanto por su larga lucha contra el cáncer como por el recuerdo a su carrera. Pero sólo seis horas después de conocerse su fallecimiento, la repentina muerte de Michael Jackson arrasó con todo. Aún así la prensa de todo el mundo tuvo un hueco para ella. Y cientos de admiradores se acercaron durante todo el día de ayer hasta la estrella que Hollywood le dedicó. Allí depositaron flores y mensajes.

La familia de la actriz está recluida, llevando su dolor en silencio. Horas después de que se certificara la muerte de la actriz, Ryan O'Neal abandonó el hospital St. John de Santa Mónica y regresó al apartamento que compartía con la que fue su novia desde 1982. No pudieron casarse, no hubo tiempo. O'Neal se lo pidió como en aquella película que él mismo protagonizó en 1970: Love story. "Le he pedido que se case conmigo, y ha aceptado", dijo en una entrevista con la periodista Barbara Walters cinco días antes de su fallecimiento. A lo largo de su vida bromearon muchas veces sobre el asunto sin llegar a formalizar la unión. "En los dos últimos años la he amado más que nunca", explicó. El jueves apareció ante los medios brevemente, desorientado, sin hacer declaraciones.

En 1985 la pareja tuvo un hijo, Redmond, marcado por su adicción a las drogas desde que tenía 13 años. Conoció la muerte de su madre en el centro de rehabilitación de un correccional de California, después de ser detenido en abril por intentar introducir drogas en la prisión. Sus problemas con las drogas vienen de largo. En otoño, en un registro en la casa de los O'Neal la policía encontró metanfetaminas. El jueves, un sacerdote, un psicólogo y el lugarteniente del sheriff de Los Ángeles le comunicaron la muerte de su madre. Se le ha concedido un permiso para acudir a su funeral.