El Barbaña, "un río muerto"

El Barbaña es un río muerto, repiten los técnicos. El vertido detectado el miércoles en todo el cauce orensano era de gran agresividad. Portaba altos índices de amonio (de 9,6 miligramos por litro cuando la presencia debe situarse en 0) y de cloruros, lo que acabó con la totalidad de los peces. Sólo los patos, que ayer nadaban por las aguas contaminadas, sobrevivieron a los componentes químicos que generaron el aspecto jabonoso del cauce hasta su desembocadura en el Miño, en la ciudad de Ourense. Allí podría penetrar. "Es imposible poner barreras porque la sustancia está diluida y no flota", señalan los técnicos. Las analíticas evidenciaron que el ph estaba en 3 puntos en lugar de los 7,4 habituales, lo que ligado a la acidez del vertido tuvo graves consecuencias.

Los técnicos de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil certificaron ayer que el origen se encuentra en la depuradora de San Cibrao das Viñas, a la que llegan residuos de cuatro polígonos industriales. Por encima de este punto no detectaron anomalías. El hecho de que el oxígeno se mantuviera en niveles habituales lleva a los técnicos a señalar que la contaminación se produjo por vertido químico y no orgánico. De momento no han podido determinar si hubo volcado directo de alguna empresa en la depuradora o si bien ésta se lavó con elevadas dosis de sosa. En este caso, advierten que los lodos utilizados para depurar tendrían que haberla destrozado. El Ayuntamiento de San Cibrao sostiene que funciona perfectamente. Por la agresividad del vertido, todo indica que la flora del Barbaña ha muerto también.