Desarticulada la mayor red de 'narcos' del río Guadalquivir

Una operación de la Guardia Civil ha desmantelado una de las organizaciones más importantes dedicadas a introducir hachís en la costa noroeste de la provincia de Cádiz, principal punto de entrada de droga en España procedente de Marruecos. El alto nivel de vida que disfrutaban los narcotraficantes hizo sospechar a las autoridades, que iniciaron una investigación a finales de 2008. Como resultado, el Instituto Armado ya ha detenido a once miembros de la organización relacionados con la incautación reciente de tres alijos de 9.000 kilos de hachís.

Para desmantelar esta red de distribución de droga a gran escala, la Guardia Civil desplegó casi un centenar de agentes en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

El dispositivo arrancó ayer en el municipio gaditano a las seis de la madrugada con la realización de cuatro registros domiciliarios simultáneos. La entrada a estas viviendas se hizo con ariete para sorprender dormidos en plena noche a los principales cabecillas de la banda. A uno de ellos, Iván O. R, se le incautó un revólver sobre la mesita de noche.

La ostentación del domicilio del chalé en el que descansaba el líder de la trama hacía presagiar el volumen del negocio que movía esta red, integrada por sanluqueños de entre 24 y 42 años. La casa estaba equipada con todo tipo de lujos, como enormes pantallas de plasma en cada habitación, piscinas cubiertas, jacuzzis interiores y mobiliario de diseño. En uno de los registros, los agentes se incautaron de un papagayo y un mono tití, que ayer pasaron a disposición del Seprona.

En los aparcamientos de estos chalés se estacionaban vehículos de alta gama como un Hummer H2, un Mercedes C63 o varios BMW y Audi Q7, modelo que ha bautizado la operación policial, denominada Q7. Durante la mañana de ayer se sucedieron los registros en otras cinco viviendas distribuidas en distintos barrios de Sanlúcar.

Una vez finalizados los registros, la Guardia Civil se incautó de 14 vehículos de alta gama, dos quads, cuatro motocicletas, una moto de agua, seis embarcaciones y varios motores fueraborda. Los agentes decomisaron 100.000 euros en metálico, así como joyas de gran valor, ordenadores portátiles, decenas de teléfonos móviles, GPS marinos, dos pistolas de aire comprimido y un fusil con silenciador.