Repulsa masiva a ETA en Bilbao

Al finalizar la marcha, el lehendakari proclamó: "No vamos a ceder ni un milímetro a los liberticidas (...). Las víctimas de ETA somos los que queremos la tolerancia y la convivencia. Se acabó la impunidad y la arrogancia de los del otro lado de la capucha (...) y pido a la sociedad vasca que se ponga en pie con la dignidad de los justos".

El momento culminante, con todo, llegó de la mano de Francisca Hernández, viuda del inspector asesinado. Una vez que López leyó su discurso, la mujer se dirigió, acompañada por sus dos hijos, hacia el micrófono en medio del silencio. Y dijo: "Lo único que han conseguido ha sido dejar dos huérfanos y una viuda. No van a conseguir nada más, porque, gracias a Dios, hay mucha gente como mi marido, mucha, y no van a poder con ellos. Ni a mí, ni a mis hijos, me van a ver llorar. Lloraré en casa, porque aquí no, no les voy a dar ese gusto".

Por la mañana, tras el funeral, había dicho: "Lo único que sabe hacer ETA es matar, matar y matar".