"Con mi marido no van a poder, porque como él hay muchos más"
La viuda y el hermano de Puelles reivindican su lucha por la libertad en Euskadi
Paqui Hernández, la viuda del inspector de policía asesinado por ETA, Eduardo Puelles, protagonizó ayer el momento más emocionante de la jornada al reivindicar el trabajo de su marido y enviar con rotundidad a sus asesinos el mensaje de que no van a lograr los objetivos por los que matan. En las escalinatas del Ayuntamiento de Bilbao esperó a que llegara la cabecera de la manifestación de protesta por el atentado. Allí, se fundió en un abrazo con su hijo pequeño, de 16 años. Y en cuanto el lehendakari Patxi López terminó su discurso, se dirigió al micrófono, con un hijo a cada lado. El silencio se podía cortar con un cuchillo. Paqui Hernández lo rompió con su coraje:
"¡Soy la mujer de Eduardo y me siento muy orgullosa!", gritó a los manifestantes. "Y estos dos que tengo a mi lado son sus hijos. Lo único que han conseguido ha sido dejar dos huérfanos y una viuda. No van a conseguir nada más, porque, gracias a Dios, hay mucha gente como mi marido, ¡mucha!, y no van a poder con ellos. ¡Cada día van a salir más y más!"
Con voz emocionada pero clara, a veces con rabia, abrazada a la bandera de España que había cubierto el féretro de Eduardo Puelles, Paqui Hernández se dirigió a los asesinos: "A mí me han hecho daño, pero les va a costar mucho poder conmigo. A mí no me van a ver llorar. Lloraré en casa, pero aquí, no. No les voy a dar ese gusto", gritó entre los aplausos de los presentes, más conmovidos que ella misma.
"Cada uno tiene sus ideas, pero las defiende hablando y no matando. Esa gente no son políticos, no son presos políticos. Que no vengan sus familias pidiendo dinero para ir a verlos porque son presos políticos. ¡Son asesinos!", continuó. Hernández agradeció la presencia de los varios miles de personas que salieron a la calle bajo el lema Por la paz, libertad, ETA no y reivindicó el País Vasco como un lugar donde "se puede vivir muy bien, porque hay gente muy decente y muy honrada".
La viuda de la última víctima de ETA mantuvo la cabeza deliberadamente alta durante todo el día. No quería llorar. No quería dar ese gusto a los asesinos, y no lo hizo. Al mediodía, cerca de su casa y tras el acto de Arrigorriaga, serena pero contundente, Paqui Hernández había acusado a ETA de hacer negocio con la muerte ante las cámaras de Antena 3: "Esto es un negocio. Ellos viven de este negocio y con matar a mi marido no han conseguido absolutamente nada. No defienden la libertad de nadie, todo lo contrario, nos la están cortando. Sacan dinero de esto. Que lo entienda todo el mundo: están sacando dinero de esto, extorsionando a la gente. Y no saben vivir de otra manera. Es lo único que saben hacer: matar, matar, matar".
Horas antes de concluir la concentración celebrada en Arrigorriaga, Josu Puelles, agente de la décima promoción de la Ertzaintza, y con la misma energía, vindicó la labor profesional de su hermano: "Gracias a su labor, que antepuso muchas veces a su propia familia, detuvo a terroristas que nos intentan imponer con las armas sus ideas". Entero y firme, sosteniendo a su madre y a otro hermano, Josu hizo extensivo ese reconocimiento a "sus compañeros" y a todos y cada uno de los cuerpos policiales, que citó: la Policía Nacional, la Guardia Civil, la Ertzaintza y las policías locales, "que a veces menospreciamos".
"No somos conscientes de que tras la libertad de cada uno y las libertades colectivas hay un trabajo policial", señaló, para acabar con un emocionado homenaje al hermano asesinado. "No es una víctima del terrorismo, no es una víctima más. Es un héroe en la lucha por las libertades de este país", manifestó Josu Puelles, que insistió: "Para nosotros, mi hermano es un héroe y no una víctima, y como tal ha muerto. Es un gudari nagusia [gran soldado]", recalcó. De esta forma atribuyó a Eduardo, policía nacional vasco, la condición de los soldados del Gobierno vasco durante la Guerra Civil, denominación de la que se ha apropiado el abertzalismo radical para los militantes de ETA.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.