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La fórmula 1 se muere

Ferrari, McLaren, Renault, BMW, Brawn, Toyota, Red Bull y Toro Rosso plantan a la FIA y crearán su propio campeonato - Mosley anuncia acciones legales

El concepto actual de fórmula 1 comenzó a morir ayer en el circuito de Silverstone, en vísperas del Gran Premio de Gran Bretaña. La rotura definitiva entre las ocho escuderías que componen la Asociación de Equipos (FOTA) y la Federación Internacional del Automóvil (FIA) acabó de un plumazo con la estructura que ha regido durante los últimos 30 años en el Mundial y que ha hecho millonarios a sus componentes. Ferrari, McLaren, Renault, BMW, Brawn, Toyota, Red Bull y Toro Rosso dijeron basta en un comunicado en la madrugada del jueves. Dieron por cerradas las negociaciones con la FIA y con Bernie Ecclestone, el patrón del circo, y anunciaron la creación de su propio campeonato para 2010. Max Mosley, el presidente de la FIA, anunció acciones legales contra todos, especialmente contra Ferrari, y pospuso la lista definitiva de inscritos para el Mundial hasta que se clarifiquen sus derechos.

Están en juego 1.500 millones de euros que los equipos quieren repartir a su antojo
Ecclestone, que no ha dicho la última palabra, está obligado a salvar los muebles
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El paddock de Silverstone vivió una jornada convulsiva. Las idas y venidas entre los directores de los equipos, las reuniones entre Mosley y Ecclestone y el movimiento de los pilotos y las televisiones se sucedieron constantemente. Pero, al final del día, nada había cambiado. Todos se mantenían en sus posiciones, queriendo demostrar la fuerza que irradian ellos mismos y las instituciones a las que representan. Sin embargo, todos estaban perdiendo. "Estamos condenados a entendernos. Estoy convencido de que, tarde o temprano, esto se arreglará", comentó en círculos reducidos Pasquale Latunedu, el segundo de Ecclestone. Pero la pregunta era: "¿A qué precio?". Y la respuesta inmediata que surgió en conversaciones privadas entre dirigentes de los equipos, pilotos y directivos de la FOM (propietaria de los derechos comerciales de la F-1), era única: "La dimisión de Mosley. Sólo eso desencallaría el proceso hacia el acuerdo final".

La FOTA está enrocada y lo dejó claro. "Los derechos de la mayoría de los equipos han sido ignorados. Decenas de millones de dólares han sido retenidos a muchos equipos por el titular de los derechos comerciales desde 2006", proclamaron los ocho equipos disidentes; "tenemos otra alternativa para comenzar a preparar un nuevo campeonato que respete los valores de sus participantes y socios. Esta nueva competición tendrá un sistema transparente de gobierno y un solo tipo de reglas, animará a los nuevos participantes y escuchará los deseos de los aficionados, lo que incluye precios más bajos. Los grandes pilotos, estrellas, marcas, patrocinadores, promotores, compañías que históricamente han estado vinculadas a la F-1..., tendrán su sitio en este nuevo campeonato".

Su batalla, pues, no va sólo contra Mosley, sino también contra Ecclestone, que hasta ahora no se ha pronunciado en todo este asunto. Apoyadas por la Asociación de Constructores Europeos, los que ponen el dinero, las escuderías no perdonan a Ecclestone que continúe quedándose la parte más importante del pastel comercial de la F-1. La mayoría de los equipos sigue repartiéndose la parte proporcional del 36% que se estableció en el Pacto de la Concordia de 1998 mientras que Ferrari, Red Bull y Toro Rosso -firmaron otro acuerdo en 2005- cobran alrededor del 50%. Esta diferencia es el dinero que los equipos han reclamado a Ecclestone y que el director ejecutivo de la FOM no ha querido darles hasta que se firme un nuevo Pacto de la Concordia.

"La FIA no puede permitir una carrera financiera en este campeonato ni que la FOTA dicte las reglas de la F-1", esgrimió Mosley en el comunicado de la FIA, justificando el tope presupuestario de 45 millones de euros que ha reglamentado para 2010. Pero los equipos sonrieron irónicamente pensando que hasta ahora todo lo han manipulado entre Mosley y Ecclestone sin consultar previamente a ningún equipo ni mucho menos a los pilotos. Para los equipos de la FOTA, la rotura es ahora mismo definitiva. No hay más alternativas. Van a crear su propio campeonato y hace ya tiempo que están trabajando en él. Cuentan con el apoyo de varios circuitos -Montecarlo, Silverstone, dos de Estados Unidos y Jerez, entre otros- y con la confianza de los mejores pilotos -Alonso, Hamilton, Raikkonen, Massa y los demás se han alineado con sus equipos-, han encontrado las puertas abiertas en varias cadenas de televisión de las más importantes y los patrocinadores ya les han manifestado que van a seguir con ellos. Entre otras razones, porque poseen la tecnología para crear los mejores coches, porque los derechos de imagen y de organización van a resultar mucho más baratos y porque están hartos de la dictadura de Mosley y Ecclestone.

Pero en todas las conversaciones del paddock surge siempre una voz que deja una puerta entreabierta. Un cierto escepticismo sigue persistiendo porque lo que está en juego es un pastel de más de 1.500 millones de euros que los equipos quieren repartir a su libre albedrío. Pero Ecclestone no ha dicho todavía la última palabra. Y seguro que sus jefes, CVC Partners, propietaria del 75% de los derechos comerciales de la F-1, le están exigiendo ya que salve la parte que pueda de los muebles. Porque una F-1 sin los ocho equipos de la FOTA no interesa prácticamente a nadie.

Bernie Ecclestone, ayer en el circuito de Silverstone.
Bernie Ecclestone, ayer en el circuito de Silverstone.ASSOCIATED PRESS

La FIA no sabe cómo llenar su parrilla para 2010

Aunque la FIA quiere incluirlos en su parrilla de 2010, Ferrari, Red Bull y Toro Rosso ya se han desmarcado por completo. Ferrari anunció ayer que ha iniciado acciones legales contra la federación para salvaguardar sus derechos, ya que las circunstancias de la competición han cambiado de forma sustancial. La postura de la escudería italiana complica sobremanera el trabajo de Max Mosley para completar una parrilla que se le queda vacía de grandes equipos y cuyos aspirantes comienzan a dar marcha atrás.

Mosley tiene ahora mismo a Williams, Force India, Adrián Campos, USA y Manor. Espera también que los aspirantes a la F-1 a los que rechazó hace sólo una semana confirmen su entrada en la parrilla: Litespeed, Prodive, Epsilon Euskadi, Brabham, March y Superfund. Dos de los más emblemáticos de la lista, Lola y N-Technology, han anunciado ya que abandonan su proyecto para desespero del presidente de la FIA. Algunos de estos equipos han recibido ya la llamada de la FOTA para que se incorporen a su nuevo proyecto.

"Tendremos a otros equipos con nosotros", aseguró ayer Flavio Briatore, el patrón de Renault; "cada escudería tendrá sólo dos coches, pero la parrilla estará llena porque el Mundial será el nuestro: estaremos los mejores equipos, la mejor tecnología y los mejores pilotos.Mosley ha abierto la puerta de su campeonato a equipos con estructuras tan pobres que hacen daño a la F-1. Queremos una F-1 distinta a la actual. Y me siento satisfecho de nuestra decisión porque quiero a este deporte. Mosley no puede decir lo mismo".

En la parrilla de la FOTA tienen sitio Ferrari, McLaren, Renault, BMW, Toyota, Brawn, Red Bull y Toro Rosso. Pero sus puertas están también abiertas a opciones como las de Joan Villadelprat y su equipo, Epsilon Euskadi, USA, Lola y Prodrive. Adrián Campos también entró en contacto con ellos. Sin embargo, nadie quiere hablar hasta que se aclaren las cosas.

"Seguirá habiendo F-1, pero se arreglarán los errores del pasado, se bajarán los precios y se acercará el espectáculo a los aficionados", dijo ayer Fernando Alonso; "si la FIA no da la lista de inscritos es básicamente porque no tiene equipos. La FOTA quiere competir al máximo nivel y todos queremos correr con ellos. Con la rotura todos perdemos. Por eso pienso que en unas semanas igual se dan cuenta de que se necesitan y dan marcha atrás".

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