Egipto no respeta a nadie
La campeona de África castiga en una jugada de estrategia a una confiada Italia
Una jugada de estrategia, dolorosa, a la salida de un córner, condenó a Italia , la reina de la táctica, la vigente campeona del mundo, a una vergonzosa derrota con Egipto, una selección sin una pizca de glamour pero con mucho oficio y un portero en estado de gracia. La escuadra de Hassan Shehata castigó el exceso de confianza de Marcello Lippi, que se esperaba una pachanga y guardó en el banquillo la artillería pesada. Cuando le vio las orejas al lobo y quiso remediar el entuerto fue demasiado tarde. Al igual que Rossi, Luca Toni primero y Montolivo después se estamparon una y otra vez en los guantes de El Hadari. Camino de los 37 años, el veterano portero del Sion dio un recital y demostró que los reflejos no van con la edad.
EGIPTO 1 - ITALIA 0
¡Egipto: Buffon; Zambrotta, Chiellini, Cannavaro, Grosso; Gattuso, De Rossi, Pirlo; Quagliarella, Iaquinta y Rossi. No utilizados:
Egipto: El Hadari; H. Said; Sathi, A. Said, Gomaa, Moawad; Aboutrika, Shawky, Abd Rabou, Homos; y Zidan. N0 utilizados:
Gol: 1-0. M. 40. Homos, tras un fallo en el despeje de De Rossi, cabecea un saque de esquina de Aboutrika.
Árbitro: Martin Hansson (Suecia). Amonestó a Eid, Gomaa y El Hadari.
Unos 30.000 espectadores en el Ellis Park.
La carga de caballería final azzurra, con un trallazo al palo de Iaquinta como colofón, dejó un amargo sabor de boca a una selección que, cuando quiere, sabe jugar al fútbol. Víctima de su glorioso pasado y de la presunta fiabilidad del catenaccio, Italia, el orden establecido, mordió el polvo en su propio terreno. Instantes antes del descanso De Rossi cantó en un saque de esquina de Aboutrika que Homos cabeceó de forma inapelable. Buffon no pudo hacer nada en el testarazo del medio del Ismaili, que se coló en la portería tras pegar en el poste.
Incrédula, Italia acusó el golpe. Anclada en el pasado, en la presunta fiabilidad de las tradiciones, en el carácter frente al toque, dio una imagen pobrísima ante la campeona de África. Egipto no lo es por casualidad. Si ha desbancado a las potencias subsaharianas es por su orden en el campo y por gusto por el balón. Así, moviéndolo de un lado a otro con paciencia, abriendo espacios, ha combatido la exuberancia física de Nigeria, Camerún y Costa de Marfil. Así obligó a Brasil a darlo todo para ganarla, en el último minuto y de penalti, en su presentación en la Copa Confederaciones. Así, salvo el ataque de histeria que le provocó verse ganadora, mostró sus galones en un torneo sin mucha gracia hasta entonces.
Pese al pánico que casi la terminó devorando, Egipto sacó petróleo de la apatía italiana en la primera mitad. Ironías de la vida, le bastó con dos remates. La carga de caballería final azzurra, con un trallazo al travesaño de Iaquinta como colofón, dejó un amargo sabor de boca a una selección que no hacía tanto el ridículo desde que Corea del Norte la eliminó en la primera fase del Mundial de Inglaterra de 1966. Entonces, Italia argumentó que los asiáticos, como si fueran un ejército de clones, remozaron su equipo al completo en el descanso. Lippi deberá buscarse una excusa mejor.
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