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Un infiltrado en los 'skins' reconoce a varios acusados

-Por favor, ¿puede quitarse la gorra?, le pidió la juez.

El periodista había sido Tiger88 para infiltrarse entre los cabezas rapadas. Después utilizó el seudónimo de Antonio Salas para plasmarlo en el libro Diario de un skin. En la jornada de ayer del juicio contra 15 supuestos neonazis era el testigo protegido 0304.

-¿Ha conocido en persona a alguno de los acusados?

-Sí. De hecho, aparecen en las cintas del reportaje. Mario, Nando, Chopi, Javito.

Los acusados estaban sentados a pocos metros del testigo. Él declaró oculto a sus miradas, pero con la voz sin distorsionar, pese a que lo había pedido por creer que su vida estaba en peligro. Su trabajo para un reportaje, que se emitió en Telecinco en marzo de 2002, dio pie a la investigación policial que hoy sienta en el banquillo a los supuestos miembros de Hammerskin España, una sección de un grupo internacional de cabezas rapadas, para los que el fiscal pide de tres a seis años de prisión por asociación ilícita y tenencia ilícita.

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El periodista afirmó que un líder de la peña radical Ultra Sur fue el que le indicó que varios de los ahora acusados eran Hammerskin. Lo tiene grabado. Con ellos se codeó en las gradas de la hinchada del Real Madrid y a la salida de los partidos. "Todos los miembros que yo conocí eran ultrasur", aseguró. En los alrededores del estadio también registró persecuciones de estos hinchas a aficionados del equipo rival y a otros "objetivos", que podían ser negros, gays o antifascistas.

Su primer contacto personal con los Hammerskin, a través de su página web, fue con uno de los acusados, con el que mantuvo una "relación muy cordial". Tanta, que de su mano acudió al bar en el que solían reunirse, La Bodega, en Alcalá de Henares. "En la puerta estaba pintado 'Whites only' (sólo blancos). Las paredes estaban llenas de simbología fascista", explicó ante el tribunal. Allí compró revistas como Extremo y El Martillo, en las que "una de las constantes en todos los escritos es la supremacía de la raza blanca". Algo que se repetía en su música y sus conciertos, de los que afirmó haber asistido a uno en Arganda del Rey. "Todo el discurso, todo lo que decían, incitaba a la violencia", zanjó.

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