El Barça, mucho más fresco que el Tau
A un paso del título se encuentra ya el Barça. La sensación de esta final, una vez cruzado su meridiano, es que apunta con claridad hacia el color azulgrana. El tercer partido no sólo supuso su segunda victoria, sino que también tuvo la contundencia de los encuentros que dejan marca. Hecha jirones la igualdad reinante a mitad del tercer cuarto, el resto fue pura exhibición barcelonista, encabezada por un espectacular Ilyasova y apuntalada por la puntería de Basile.
La palabra cansancio no entra en el diccionario de Ivanovic, el volcánico entrenador del Tau, pero, por mucho que lo niegue, su equipo ha llegado a este duelo muy mermado físicamente, más aún si se compara con la exultante pujanza del Barça. Las lesiones que arrastran Splitter y Vidal lo explican en parte, pero tampoco sus compañeros parecen estar con las pilas cargadas. La diferencia entre ambos equipos resulta lógica consecuencia de la profundidad de sus plantillas, pues, mientras el banquillo blaugrana no tiene fin, la rotación del Tau es más bien limitada.
REGAL BARCELONA 85 - TAU VITORIA 67
Regal Barcelona: Lakovic (6), Basile (19), Navarro (10), Andersen (10) y Santiago (2) -equipo inicial-; Sada (5), Grimau (7), Trias (0), Ilyasova (19) y Vázquez (7).
Tau Vitoria: Prigioni (12), Rakocevic (10), Teletovic (8), Mickeal (7) y McDonald (4) -equipo inicial-; Vidal (11), Lucas (0), San Emeterio (6) y Splitter (9).
Árbitros: Hierrezuelo, Pizarro y Jiménez.
7.213 espectadores en el Palau Blaugrana.
Hasta que Ilyasova se convirtió en el brazo ejecutor, el partido fue una interesante búsqueda de los desequilibrios, que se producían dependiendo de los quintetos en la pista o las situaciones del juego. Así, Prigioni sufría por tener que defender en posiciones cercanas al aro y a Mickael le ocurría lo mismo persiguiendo a siete metros de él a un alero pequeño. Rakocevic y Navarro jugaban su encuentro particular y la pugna iba poco a poco poniendo a cada uno en su sitio. Los peor parados, los hombres altos del Tau. Sin fuerza reboteadora ni intimidatoria enfrente, el martillo azulgrana fue minando la resistencia rival hasta que el Tau se rompió (59-47). A partir de ese momento, el Barça se dio un festín. Triples por doquier, bombas de Navarro, fluidez en su ataque, inclemencia en su defensa...
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