"Los afganos no queremos ser una carga para siempre"

Abdul Raheem Wardak, pastún como el presidente Hamid Karzai y formado en EE UU, es consciente del cansancio de las sociedades occidentales ante el conflicto de Afganistán, que casi ocho años después de la caída del régimen talibán parece despeñarse por una pendiente de violencia sin fin. Por eso, sus primeras palabras, antes de entrevistarse por primera vez en Barcelona con su homóloga de Defensa, Carme Chacón, son de "profunda gratitud y agradecimiento sincero" por el sacrificio de las tropas españolas.

Y, a continuación, la buena noticia: "No tenemos intención de ser una carga permanente sobre las espaldas de los españoles y de la comunidad internacional". La clave, para este general de 69 años que en 2004 sustituyó al frente del Ministerio de Defensa a un señor de la guerra, es que "los afganos podamos defendernos por nosotros mismos, como hemos hecho siempre". Y eso pasa por convertir al Nuevo Ejército Afgano (ANA, en sus siglas en inglés) en un cuerpo profesional y bien equipado.

Con más de 80.000 soldados, Warzak no tiene duda de que el ANA alcanzará en 2011 el límite de 134.000 fijado. Pero él quiere más: la semana pasada propuso a sus colegas de la OTAN, con los que se reunió en Bruselas, llegar a 240.000 efectivos y, sobre todo, dotarlos de armamento pesado y transporte aéreo, lo que requiere una generosa financiación. La OTAN ha creado un Fondo Fiduciario, al que España donará cuatro millones de euros.

"Se trata", explica, "de que, a medio plazo, el 65% de las operaciones no sean dirigidas por la OTAN y apoyadas por el ANA, como sucede ahora, sino a la inversa. Y de que, al final del proceso, podamos defender nuestro país de forma autónoma y se retiren las tropas internacionales". ¿Cuándo será eso? Wardak evita comprometer una fecha. "Debemos ser honestos con nuestras propias limitaciones", admite.

El examen inmediato son las elecciones presidenciales y provinciales del 20 de agosto, para las que se han inscrito 15,6 millones de electores (sobre unos 32 millones de habitantes), aunque sólo un tercio son mujeres.

Wardak asegura que no se escatimarán esfuerzos para garantizar el éxito de las elecciones, no sólo por parte de la OTAN (que aportará entre 8.000 y 10.000 militares adicionales, incluidos 450 españoles) sino también del ANA, que ha lanzado varias operaciones para intentar desalojar algunos feudos talibanes. "Sólo una decena de distritos, de los 350 que hay en el país, no están totalmente bajo control del Gobierno", presume.

Si la cifra de bajas se ha disparado hasta alcanzar niveles sin precedentes, es "porque tenemos más fuerzas disponibles y hay más combates". Por eso y porque "siguen las infiltraciones a través de la frontera". La cooperación de Pakistán ha aumentado, reconoce, "pero debería mejorar mucho más".