Torres aprovecha la fiesta de la banda izquierda
El punta del Liverpool saca partido de los desmarques de Villa y del dinamismo de Cesc, que se sumó a Riera en el costado
Las gradas del estadio Royal Bafokeng recibieron el partido con más cemento que hinchas. Las entradas, de entre 30 y 100 euros, resultaron excesivamente caras para el aficionado medio surafricano. Sólo unos pocos miles pudieron asistir en directo al martirio de Mulligan y Boyens, el lateral y el central derecho de Nueva Zelanda, sobrepasados por el ataque español, que concentró sus combinaciones en ese punto. Villa, cayendo a la banda; Capdevila, llegando desde atrás (firmó dos asistencias de gol); Riera, apoyando, y Cesc, moviéndose con libertad para dar el último pase, irrumpieron por el costado izquierdo como un aluvión. A la selección le bastaron los 30 metros del cuadrante izquierdo para borrar a su rival en 24 minutos. Nueva Zelanda no lo esperaba. Boyens y Mulligan, tampoco. Marcaron en zona y, ante la duda, dieron un paso atrás. Decisión fatal. Con esos centímetros de libertad, Torres y Villa son capaces de cualquier cosa.
"Del Bosque lo está haciendo razonablemente bien", dice Luis
Ayer, gracias a esos espacios, Torres hizo un triplete en 17 minutos. El delantero del Liverpool ya suma 22 tantos con la selección. Más que Zarra, que hizo 20. Igual que Julio Salinas. Ahora ocupa el séptimo puesto en el escalafón histórico de artilleros de La Roja. Villa, que también marcó, suma 29 e iguala a Hierro como segundo máximo goleador, sólo superado por Raúl (44).
Torres aprovechó mejor que nadie los desmarques hacia la izquierda de Villa, que, con sus movimientos, arrastró a Boyens. También se ofreció con acierto ante los pases de Cesc y Capdevila. El resultado fue excelente. Salvo el primer gol, los otros los marcó a un toque. Con el aplomo de los 9 de toda la vida. Después de dos años en el Liverpool, el ex capitán del Atlético ha aprendido a interpretar este papel con oficio. Ayer, en Suráfrica, completó la clase de exhibición que culmina su viaje profesional. Torres, que empezó jugando de segunda punta y hasta de 10 en las categorías inferiores del Atlético, superó ayer a Zarra, el ariete por antonomasia.
Uno de los testigos más apasionados de la goleada fue Luis Aragonés. El ex seleccionador estuvo en el Royal Bafokeng y comentó el partido para Telecinco. En la cabina emitió sus primeras declaraciones públicas desde que la selección levantó la Eurocopa, en julio del año pasado, con él como técnico. Se había especulado con su resentimiento hacia la federación y su sucesor, Vicente del Bosque. Pero ayer Luis se mostró comedido. "Del Bosque está haciendo las cosas razonablemente bien y no se nota el cambio", dijo; "ha seguido el mismo camino, el camino del buen fútbol".
Antes del partido, Luis aprovechó para decir que en este momento de su carrera se siente inclinado a entrenar a una selección. "Ojalá se acuerden de mí", dijo; "me gustaría dirigir una selección. Conozco a Hiddink [seleccionador de Rusia] y Milutinovic [de Irak] y me siento muy capaz".
Del Bosque movió el banquillo con criterio para darle al medio campo español la continuidad necesaria. Ante la ausencia de Silva, Iniesta y Senna respecto a los titulares de la final de la Eurocopa, su elección fue meter a Alonso como único medio centro, acompañado por Xavi y Cesc unos metros por delante, más Riera en el interior izquierdo. Villa contribuyó a dar volumen al juego del medio campo, ayudó a abrir huecos y siempre dio profundidad a las maniobras.
Raymond Doménech, el seleccionador francés, no tuvo dudas a la hora de calificar el partido: "Esto, para España, ha sido un entrenamiento".
El trámite sirvió para hacer números y abultar los currículos. A sus 23 años, Sergio Ramos, por ejemplo, se convirtió en el jugador más joven en disputar 50 partidos con España.
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