Hay que dar la manguera a la gente

El IPC baja, los alimentos y los productos energéticos bajan, de igual modo lo hacen los tipos de interés. Se producen estas bajadas como consecuencia de un descenso de las actividades económicas, de una ralentización de la economía. Es preciso, por tanto, estimular la demanda, provocar un calentamiento de la dinámica de consumo que sirva como motor para la recuperación de la crisis económica. Y ello no será posible sin una mejora de los salarios y de las coberturas sociales y de desempleo.

Ha llegado, pues, el momento de inyectar dinero en los trabajadores y en los desempleados. Sólo así mejoraremos nuestras maltrechas economías domésticas y, en consecuencia, las unidades productivas. Es ésta una política diferente, lejos de aquellas otras neocon que sólo piden más ayuda para los bancos. Apoyemos a los ciudadanos porque sólo ellos nos sacarán de la crisis. No le demos una manguera al pirómano causante del fuego, sino al labrador que toda la vida ha cuidado de su tierra y de su bosque.