Los cirujanos de las infraestructuras

A veces, a la piedra le duele el tiempo. Puentes, viaductos, autopistas, ermitas, castillos..., todos, cada ciertos años, envían su voz de alarma en forma de grietas, fisuras, desconchones, desplazamientos sospechosos... Estos singulares mensajes en la botella son recibidos por una ingeniería como Ines, que sabe interpretar un quejido sin voz. De hecho, se ha especializado en el mantenimiento de infraestructuras. Un negocio floreciente que se beneficia de la inversión pública y de la necesidad obligatoria de mantener lo ya construido (ante la sequía presupuestaria) por parte de las administraciones.

Trabajo hay. En España, las infraestructuras tienen una media de edad que los expertos consideran avanzada, pues varía entre los 30 y los 40 años. En su apartado ferroviario, el responsable de su conservación es Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), que tiene bajo su cuidado unos 18.000 puentes, de los que 6.000 se inspeccionan cada dos años. Una tarea en la que participa activamente Ines.

Entre otras ilustres obras, trabaja en la fortaleza del islote de Sancti-Petri

Y fuera de nuestras fronteras, con países como India o EE UU, los proyectos no deberían escasear. "La Administración americana nunca hizo una política de mantenimiento. Si algo se quedaba viejo, lo construía nuevo otra vez, pero jamás se ha preocupado en restaurarlo", explica José Martín-Caro, responsable de Ines. Esta estrategia ha cambiado, y el mantenimiento reclama su protagonismo debido a las restricciones en los presupuestos públicos.

En India, que tiene la red ferroviaria más extensa del mundo, y la única universidad (Pune) que existe consagrada exclusivamente a este medio de transporte, su conservación y mantenimiento resulta un desafío y una necesidad. Basta con pensar en los miles de puentes, y en la maraña de vías y raíles que atraviesan el país. Atraídos por las posibilidades de este mercado,

Ines ya asesora al Gobierno indio en temas como los sistemas de mantenimiento, reparación, inspección.

Pero tampoco hay que ir tan lejos para ver los trabajos de este de los edificios. El islote de Sancti-Petri (que incluye su castillo-fortaleza), situado al sur de San Fernando (Cádiz), donde los historiadores ubican el legendario templo de Hércules, define lo que es y lo que quiere ser esta ingeniería. El castillo ha sufrido las injurias del tiempo; los ataques piratas; el uso de sus piedras para fortificar otras zonas; los bombardeos entre 1810 y 1812 de los franceses... El viajero que llega bajo sus murallas ve un conjunto de edificaciones maltratadas por la historia y el tiempo. A esto se une la singularidad de que el castillo-fortaleza ha sido catalogado como Bien de Interés Cultural y se halla en un parque natural.

Todo esto complica su restauración. "Incluso ha habido que desactivar algún proyectil, pues el castillo estaba en la línea de tiro del arsenal de San Fernando", señala Martín-Caro. En este proyecto, su labor es elaborar los estudios y criterios de intervención en sus castigadas estructuras.

Otras iniciativas están más, por decirlo así, en tierra firme. Por ejemplo, la remodelación de la calle de Serrano en Madrid, concurso que han ganado junto con GIS y los arquitectos Clara Eslava y Miguel Tejada y cuyo eje central es la creación de 3.000 plazas de garaje y la ampliación de las aceras. En 2011 tendría que estar concluido este desarrollo urbano.

En su cartera de trabajo también figuran, entre otras, la recuperación del molino de mareas Río Arillo (Cádiz); el mantenimiento, junto con Cintra, de una autopista de peaje en Indiana (Estados Unidos); la rehabilitación del puente Zuazo (Cádiz) y las fortificaciones que hay a su alrededor o el proyecto de conservación de la ermita románica de San Gil de Mediavilla en Luna (Zaragoza).