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Reportaje:SIN COCHE | Olmeda de las Fuentes

El refugio insólito de los artistas

Con sus cuestas empinadas y sus casas blancas, Olmeda de las Fuentes es un remanso de paz en la mañana calurosa de junio. Sólo el canto de los pájaros rompe el silencio del pueblo, de 329 habitantes. Dejada atrás Madrid, con sus atascos y sus aglomeraciones, llegar a la Olmeda, como lo llama aquí todo el mundo, se asemeja a viajar en el tiempo o, por lo menos, mucho en el espacio. Pero sólo 44 kilómetros separan la capital de esta pintoresca localidad de la Alcarria madrileña.

Pintoresco por su estampa de casas encaladas que recuerda a tierras andaluzas, en el sentido artístico de la palabra. Porque Olmeda de las Fuentes, de la Cebolla hasta 1954, es tierra de adopción de numerosos pintores. "El atractivo de la Olmeda es que no sabes por qué, pero te atrapa". Habla Secundino Rivera, gallego de 77 años que ha vivido en Venezuela hasta asentarse en el pueblo, hace seis años. Fue uno de los últimos artistas en llegar.

El Ayuntamiento quiere controlar el crecimiento y mantener la estética
"No sabes por qué, pero te atrapa", dice el pintor Secundino Rivera

Secundino conoció Olmeda a finales de los sesenta, cuando se asentaban los primeros pintores: Luis García, Álvaro Delgado, Francisco San José... Tantos, que el Ayuntamiento propone una ruta con 10 paradas por las casas que los artistas tienen o tuvieron en el municipio. "Siempre que venía a España visitaba a mi maestro San José y me quedaba en su casa del pueblo", recuerda en el patio de su casa. "Al principio te llama la atención el paisaje, luego existe una especie de magia...". Secundino no sabe cómo calificarlo, pero valora que "aquí todo funciona a nivel humano y en contacto con la naturaleza".

"La tranquilidad es total". Dina Valdemoro, escultora de 39 años, resume así la esencia de la localidad. Pasa días sin ver a nadie, aunque con sus vecinos de Olmeda se lleva muy bien. "Siempre he vivido en Madrid y estoy acostumbrada a no conocer al de al lado", explica. "Por las tardes a veces tomamos un aperitivo aquí mismo, en la calle". Ventajas de un pueblo que disfrutan también algunos músicos instalados en él.

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Pero Olmeda tiene algún inconveniente: "Lo malo es que hay que ir a comprar a Nuevo Baztán". Lo dice Dina. El pueblo vecino se convierte en la salvación de muchos olmedeños. "Aquí hay pocos servicios", confiesa María Pérez de Villaamil, empleada del Ayuntamiento. Sólo un bar, dos restaurantes, una tienda y una farmacia. El médico va tres veces por semana y el cura, los domingos. Pero esto no ha impedido que la población aumente. Olmeda, como toda la España rural, se fue despoblando desde los sesenta, pero la tendencia ha cambiado en los últimos años: la población se ha duplicado desde 2000. Uno de cada cinco vecinos supera los 65 años. El 22% son extranjeros, sobre todo de países europeos.

"Queremos seguir creciendo", dice el alcalde, Miguel Ángel Alonso, "pero poco a poco". El desarrollo controlado y el mantenimiento de la estética son dos objetivos prioritarios para el regidor, de la Candidatura Independiente de Olmeda. Una ordenanza obliga que todas las casas sean encaladas o de piedra y con tejas árabes.

"Lo que está claro es que se tienen que ir aumentando los servicios". Hasta hace unos meses, aún había casas sin conexión telefónica, pero ya se ha estrenado un centro de acceso público a Internet. "También querríamos una mejor comunicación con Madrid y con Alcalá". De momento, explica el alcalde, se van apañando con subvenciones públicas, porque el presupuesto del Ayuntamiento no llega a los 100.000 euros anuales. Con esos recursos, se ofrece, por ejemplo, un servicio municipal para el cuidado de niños por las tardes: los escolares regresan a casa antes que sus padres, empleados en Madrid o Alcalá de Henares, y van a la ludoteca al volver del colegio de Nuevo Baztán. Los más mayores acuden al instituto de Torres de la Alameda. En Olmeda, sólo cuatro familias continúan dedicándose a la agricultura, al cereal.

"Como apenas hay cosas que hacer, el tiempo cunde mucho", confiesa Dina. Desde su estudio se ve el pueblo, encajado en una montaña entre el cauce del río Tajuña y el arroyo de la Vega. "Estoy muy contenta de haber venido, aunque tenga que coger el coche para tomarme un café".

Vista general del pueblo, a 44 kilómetros de Madrid.
Vista general del pueblo, a 44 kilómetros de Madrid.CRISTÓBAL MANUEL

Apuntes de viaje

- A 44 kilómetros al este de Madrid, en la comarca de Alcalá de Henares y muy cerca de Guadalajara.

- Desde la capital se puede llegar con el autobús 261, que sale de Avenida de América. Tarda hora y media.

- Tiene 329 habitantes, el doble que en 2000.

- Carece de colegio e instituto: los alumnos acuden en autobús escolar a otros pueblos cercanos. Sólo tiene un bar, dos restaurantes, una farmacia y una tienda.

- En Olmeda nació en 1564 Pedro Páez Jaramillo, misionero jesuita y primer europeo que alcanzó las fuentes del Nilo Azul.

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