Los precios bajan ya en un tercio de la cesta de bienes y servicios

Por primera vez desde que existe un mapa autonómico, el rastro de la inflación desaparece en todas las comunidades. La comparación interanual de los precios, según el IPC de mayo, certifica esta insólita ausencia. Además, el índice del mes pasado marca un nuevo mínimo en la serie estadística, que se inicia en 1962, con un descenso en tasa interanual del 0,9%. Y la caída de precios se extiende a un tercio de la cesta de bienes y servicios que analiza el Instituto Nacional de Estadística (INE).

"No hay ninguna preocupación", comentó ayer la vicepresidenta económica, Elena Salgado, cuando se le inquirió por el drástico descenso de los precios. Salgado insistió en que la marcha atrás del IPC se debe a la cotización del petróleo: en mayo de 2008 superó los 80 euros por barril; el mismo mes de este año, el brent se quedó en los 43 euros.

El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, recalcó el efecto positivo del descenso de precios para las rentas familiares, la ventaja competitiva que supone enlazar seis meses por debajo del promedio de la zona euro, y el pronóstico de que la inflación, en su vertiente más moderada, volverá en invierno. Campa se acogió a la tesis de que la deflación tiene que ser "generalizada y persistente" para rechazar que se bauticen así cuatro meses de caídas de precios. "En ningún caso contemplamos ese escenario", aseveró el secretario de Estado, tras marcar las reglas de juego.

Lo que dicen las estadísticas, sin embargo, es que el petróleo cede protagonismo al explicar la caída de precios. Según el INE, de las siete décimas que se dejó el IPC entre abril y mayo, un 40% se debe al retroceso en los precios del transporte, otro 40% a la evolución de distintos servicios y el 20% restante a que los alimentos son cada vez más baratos.

El debilitamiento del consumo explica que la caída de precios se extienda. Como también está detrás del frenazo de la inflación subyacente (excluye alimentos frescos y productos energéticos), que baja del 1% por primera vez desde que se calcula.

Son tendencias que alimentan la amenaza de una deflación persistente, que retraería aún más el consumo. Pero también hay argumentos para todo lo contrario. El reciente repunte del crudo -el brent superó ayer los 70 dólares, nivel que no alcanzaba desde octubre-, y las masivas inyecciones de liquidez podrían acelerar los precios en 2010. "Hay riesgo de que la inflación vuelva con fuerza", opina Emiliano Carluccio, del Instituto Flores de Lemus.

Entre los pocos bienes y servicios que siguen encareciéndose, destacan los precios intervenidos por la Administración. La electricidad, con un repunte del 10%, fruto de la revisión de tarifas, se lleva la palma.