Papeletas con códigos de barras

La principal novedad de la jornada electoral fue la prueba de un sistema de voto electrónico que se realizó en Lleida, Pontevedra y Salamanca. Un código de barras en las papeletas facilitaba el recuento electoral. Además, permitía votar con el nuevo DNI electrónico. "Esto es el futuro. Sería bueno que dejáramos de votar con papeletas y adoptáramos el voto a través del ordenador porque es más rápido, más fiable y más ecológico", declaró Miquel Dalmases, de 57 años. Votó en uno de los 43 colegios electorales que en Lleida contaron por primera vez con un ordenador, una impresora láser, un lector óptico de código de barras y un pen drive con los datos de los electores.

La cita con las urnas estuvo salpicada de anécdotas y algún incidente.

- Carteles de un etarra. Apoderados de Iniciativa Internacionalista, la marca que han apoyado los radicales vascos, increparon al lehendakari, Patxi López, con carteles que preguntaban por el etarra Jon Anza, que desapareció en Francia en abril.

- El PP denuncia a 40 Principales. La Junta Electoral Central trasladó ayer a la fiscalía y el juzgado de guardia la denuncia del PP contra la cadena de radio 40 Principales (propiedad del Grupo PRISA, editor de este diario) por emitir en su web publicidad del PSOE. La emisora explicó que se había debido a un "error informático absolutamente involuntario".

- Ayuda para 'El Johnny'. Un grupo de colegiales y ex colegiales del Colegio Mayor Universitario San Juan Evangelista, El Johnny, se concentraron a las puertas del colegio electoral donde vota Zapatero para pedirle ayuda ante el inminente cierre del colegio. La policía les impidió acercarse al presidente.

- Cánticos a Aguirre. A la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, la recibieron en su colegio electoral un grupo de padres de alumnos cantando "El patio de mi cole es particular... y si me descuido me lo privatizan", para protestar por la privatización de la enseñanza. Aguirre replicó que no eran padres sino "liberados sindicales".

- La porra electoral de Rajoy. El líder del PP, Mariano Rajoy, puso ayer cinco euros para participar en una porra electoral con periodistas. Su resultado: 25 eurodiputados para el PP, la mitad de los que estaban en juego.

- Presidente por cuarta vez. Óscar García, de 39 años y vecino de Valdemoro (Madrid), presidió ayer, por cuarta vez, una mesa electoral. "Tengo un mosqueo que no veas. Esto no es normal. La lotería no toca igual", dijo. "Al menos puedo decir que lo tengo todo controlado. Es como si tuviera un máster en elecciones", se resignó.

- "Tengo que dar misa". En Valladolid, un cura que fue designado suplente primero en una mesa eludió la tarea alegando que tenía que oficiar una misa. El sacerdote, que no había informado previamente de su problema, se presentó a las ocho de la mañana en el colegio para informar de que no podía quedarse. El presidente de la mesa le dejó marchar.

- Voto cedido a inmigrantes.

Miembros de Batzarre, formación política integrada en la coalición Nafarroa Bai, cedieron su voto a inmigrantes en varias localidades navarras para reivindicar el derecho al sufragio de los extranjeros.

- Un anciano tira una urna. Un hombre de 85 años fue imputado en Barcelona por tirar al suelo una urna después de que le impidieran votar porque su DNI no coincidía con el que tenían los miembros de la mesa electoral.

- A rastras hasta la mesa. A varios miembros de una mesa electoral de Girona, la policía tuvo que ir a buscarlos a su casa porque no se habían presentado a la hora en el colegio que les tocaba.

- Un vocal: "No sé leer". En Huelva, el vocal de una mesa electoral dijo que no sabía leer ni escribir. El suplente se negó a sustituirlo aunque la Subdelegación del Gobierno le convenció finalmente.

- Expulsado por embriaguez. En el colegio Miguel Hernández de Sabadell el presidente de una de las mesas electorales expulsó a uno de sus vocales por mostrar signos evidentes de embriaguez.

- Reclamación por leer EL PAÍS. En un colegio electoral de Sevilla, el hijo de un interventor del PP presentó una reclamación ante la mesa electoral porque una interventora del PSOE estaba leyendo EL PAÍS.