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Reportaje:Gran Premio de Turquía

La rutina amenaza a la fórmula 1

Jenson Button logra su sexta victoria en siete carreras, por delante de Webber y Vettel

Las discusiones sobre el futuro de la fórmula 1 se suceden en los grandes premios, pero en la pista las cosas no cambian. La jerarquía que se estableció al principio de la temporada como consecuencia de la utilización cuestionada,que no fraudulenta, del doble difusor, persiste. Los grandes equipos ni siquiera entran en los puntos o lo hacen casi por casualidad. En cambio, el Mundial parece cada vez más decidido a favor de un piloto al que se estaba dando por desquiciado, Jenson Button, y de un equipo que este año debuta en el campeonato, Brawn, mientras quien pagó este coche, Honda, se tira de los pelos. El británico logró ayer su séptima victoria, la sexta de esta temporada en siete carreras, y aumentó su ventaja sobre sus inmediatos perseguidores. Ahora lleva 26 puntos a su compañero Rubens Barrichello, que ayer protagonizó el primer abandono de un Brawn, y 32 -o sea, más de tres carreras- a Sebastian Vettel, tercero, por detrás de Marc Webber, su colega en Red Bull.

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La preocupación de los equipos es tan grande que comienzan a idear estrategias inverosímiles para intentar paliar la superioridad de los Brawn. Eso fue lo que ayer hicieron en Red Bull buscando una fórmula para eliminar la corta distancia que les separa de Brawn. Propusieron a Vettel una estrategia de tres paradas pensando que, con menos gasolina y neumáticos nuevos, podría plantar cara a un Button que se muestra intratable. Y se equivocaron. Vettel perdió gran parte de sus posibilidades en la primera vuelta, cuando una salida de pista en la novena curva le costó la pérdida de la primera posición y dejó vía libre a Button para coger distancia. Con Button en la cabeza, la carrera perdió casi todos sus alicientes.

Pero, tras entrar en los boxes, llegó la única sorpresa. Vettel comenzó a ganar terreno a Button, le restó más de medio segundo por vuelta y entre la 18ª y la 29ª anuló una diferencia de 4,4 segundos y le acosó, mas sin conseguir adelantarle. Se pensó que el británico estaba teniendo problemas con sus neumáticos porque sus tiempos eran notablemente inferiores a los del Red Bull. Sin embargo, inmediatamente quedó claro que la acción de Vettel respondía al hecho de que estaba corriendo con mucha menos gasolina. En la 29ª vuelta entró a repostar y se vio que estaba yendo a una estrategia de tres paradas. Recuperó la segunda posición cuando Webber se paró. Pero luego la perdió de nuevo, cuando regresó al taller, y no consiguió superar al australiano a pesar de ser del mismo equipo -desde el box le dijeron que Webber era más rápido, que no se arriesgara y que conservara su motor- y de arañarle décimas de segundo en cada vuelta hasta la conclusión.

"El error de Vettel en la primera vuelta nos obligó a replantear la estrategia", confesó luego Christian Horner, jefe de Red Bull; "creíamos que, yendo a tres paradas, podría recuperar la primera posición".

Probablemente, éstos fueron los momentos más brillantes del Gran Premio de Turquía, cuyo futuro está más que cuestionado por la escasa asistencia de público, que rondó los 30.000 aficionados. Lo demás fue intrascendente. Incluso el abandono de Barrichello, que inició mal la carrera en la salida y la prosiguió con toques y desesperación para realizar algunos adelantamientos casi imposibles. El brasileño acabó abandonando por un problema de embrague a falta de 10 vueltas. Precioso el duelo que mantuvieron Piquet y Hamilton en la 35ª vuelta, que concluyó con un adelantamiento del brasileño sobre el McLaren del británico después de ir en paralelo dos curvas. Pero insulso para el desarrollo de la carrera. Igual que pírricas resultaron las luchas de Felipe Massa, Fernando Alonso y Kimi Raikkonen para entrar en los puntos. El único de los tres que lo logró fue Massa, que acabó sexto, por detrás del Toyota de Trulli y del Williams de Rosberg.

Éste parece el destino de los grandes esta temporada. Las victorias les quedan lejos y a los podios ni se acercan. Los puntos se han convertido en el objetivo de Ferrari, McLaren y Renault, los equipos que protagonizaron los últimos campeonatos y que han copado los títulos de forma consecutiva desde 1998. Button, en cambio, se convirtió ayer en el primer británico que logra cuatro victorias consecutivas desde Nigel Mansell en 1992.

Button celebra su sexto triunfo de la temporada con los mecánicos de Brawn.
Button celebra su sexto triunfo de la temporada con los mecánicos de Brawn.AP

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