Las urnas evalúan la fe europeísta de cinco millones de catalanes

Sin polémicas sobre aviones presidenciales ni casos de corrupción cercanos, la campaña catalana de las elecciones europeas ha sido, sobre todo, un ensayo general de los partidos antes de las autonómicas del próximo año. Las formaciones de la izquierda en el Gobierno, con los socialistas en cabeza, han intentado evitar que los resultados de esta noche puedan interpretarse en clave de primarias. Pero la presión de Convergència i Unió para convertir la jornada de hoy en un plebiscito sobre el tripartito hará saltar las alarmas de la izquierda si su electorado se muestra hoy especialmente desmovilizado.

La última encuesta de la Generalitat hecha pública antes de la campaña electoral presentaba a los votantes del PP, seguidos de los de Iniciativa y del PSC, como los más convencidos para ir a votar en la jornada de hoy. En la misma encuesta, realizada entre 2.000 personas, consta que el 51% de los catalanes siente mucho o bastante interés por los asuntos europeos. Pero según el sondeo serán muchos menos los que votarán. Apenas el 35% según adelantó el director del Centro de Estudios de Opinión, Gabriel Colomé. De confirmarse esta previsión, sólo 1,8 millones de los 5,3 millones de catalanes con derecho a voto acudiría hoy a las urnas. En 2004 la participación sólo alcanzó el 39,8%.

Las encuestas auguran una participación de apenas el 35%

Convencidos de volver a ganar pese a la crisis económica, el PSC no se conforma sólo con esto. Los socialistas catalanes esperan volver a vencer con suficiente claridad para aportar a la saca de votos del PSOE las papeletas necesarias para vencer al PP en el conjunto de España. De ahí las apelaciones que José Luis Rodríguez Zapatero lanzó el pasado jueves en Barcelona a la Cataluña "culta y moderna" para que impida una victoria de la derecha en toda España. El líder del PSC, José Montilla, también ha defendido que las elecciones de hoy deben propinarle a Convergència i Unió una lección de humildad. Y es que en clave estrictamente catalana, un buen resultado del PSC hoy dará aliento a los socialistas para afrontar las elecciones de otoño de 2010 en las que parten con desventaja según los sondeos.

Convergència i Unió ha puesto toda la carne al asador en esta campaña electoral. Su resultado no será tan evaluado por la representación que logren en el Europarlamento como por la posibilidad de que puedan vislumbrar en el horizonte el fin de la travesía del desierto nacionalista, que dura ya seis años.

El objetivo del día de hoy para los nacionalistas es recuperarse del batacazo de 2004 y volver al segundo puesto, lugar que consiguió el PP, aunque por los pelos, en las últimas europeas. Si lo logra con claridad y el PSC sufre una bajada significativa, la principal labor de Artur Mas en los próximos meses será frenar la euforia de sus bases, que ya se verán con un pie en la Generalitat. Pero el resultado de hoy también será un examen personal a Artur Mas. Y es que el candidato europeo, Ramon Tremosa, es la primera apuesta clara de CiU por un candidato de la Casa Gran del Catalanismo que impulsa el líder del partido ante el escepticismo de sus socios de Unió.

Para Esquerra Republicana son las primeras elecciones en mucho tiempo en las que reina cierta paz interna en el partido. Sus dos cabezas visibles, Joan Puigcercós y Josep Lluís Carod Rovira, sellaron la paz en plena precampaña y ahora el liderazgo del primero es indiscutible ante la militancia una vez que Carod ha optado por centrarse en sus labores gubernamentales.Sin embargo, un mal resultado volverá a dar alas a los críticos alineados con el ex consejero Joan Carretero, que se encuentran en vías de organizar una alternativa independentista a ERC.

En una posición parecida se encuentra Iniciativa per Catalunya, que necesita a toda costa mantener en el Europarlamento a su candidato Raül Romeva. De no lograrlo, la paz interna en el partido podría verse quebrantada por las crecientes voces críticas con la actuación de los ecosocialistas en el Gobierno catalán. Las encuestas publicadas en campaña ponen en duda que ICV-EUiA pueda revalidar su escaño, algo que la dirección ecosocialista ha utilizado para tratar de movilizar a su electorado.

El Partido Popular no ha planificado una campaña estrictamente catalana, pero la mera presencia de Alejo Vidal-Quadras como candidato ha hecho aflorar el discurso más duro del partido contra la inmersión en catalán en la escuela o la proyección internacional de Cataluña. Este discurso le ha permitido al PP eclipsar en Cataluña el mensaje de Unión Progreso y Democracia y también el de Ciutadans, que se encuentra sumido en pleno proceso de descomposición interna. Hoy se verá qué partidos logran capitalizar el voto anti-PP que sin duda también levantan expresiones de Vidal-Quadras como la de calificar de "chorrada" la presencia del catalán en Europa.