Surgen muchas resistencias a corto plazo
En los mercados de valores se continúa apostando por la pronta recuperación de la economía, aunque muchos inversores se muestran demasiado nerviosos por la altura de las cotizaciones.
La situación es paradójica, pues si la actual subida se ha producido porque la recesión ya estaba suficientemente descontada, ahora empiezan a saltar algunas alarmas porque el final de la recesión y el inicio de la recuperación también podrían estar ya descontados.
Los altibajos del mercado apuntan hacia la existencia de muchas dudas de este tipo, algunas con una visión de conjunto y otras referidas a algunas empresas en particular.
A pesar de todo ello, el Ibex 35 consiguió cerrar esta sesión al alza para situarse en 9.664,80 puntos, no sin antes superar por vez primera en muchos meses el nivel de los 9.700 puntos. Para algunos observadores, ese intento era consecuencia de la inercia de la subida del día anterior en la Bolsa de Nueva York, cuando el índice Dow Jones de valores industriales ganó el 2,60%. Así, puede calcularse la capacidad real de la Bolsa española para subir al quedar poco después anulado ese efecto y limitarse el esfuerzo a dos o tres valores y a una ganancia del 0,35% en el Ibex 35.
La información que llegaba del mercado laboral español, con un discreto descenso del nivel de desempleo en el mes de mayo, provocó, curiosamente, cierto desconcierto al estar convencidos analistas e inversores de que este país sería de los últimos en mostrar algún signo de mejora en la evolución de la economía. En frío, este dato debe considerarse, según algunos expertos, como el final de la fase de despidos masivos, por lo que no significa todavía el inicio de la recuperación. De hecho, la creatividad de algunos ejecutivos bancarios respecto del mercado laboral fue muy comentada en el mercado, casi tanto como el apoyo que recibían las acciones tras semanas de desinterés.
El conjunto de los mercados de valores europeos vivió ayer una situación parecida, con algunas retiradas puntuales que coincidían con los primeros comentarios sobre el posible final de la temporada de dinero barato por parte del BCE, visto el escaso resultado que ha tenido en algunos productos bancarios domésticos.
La contratación en el Mercado Continuo ascendió hasta 2.877,34 millones de euros.
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