Fuerza y honor

Hemos podido ver por fin el vídeo de Guardiola, esa arma secreta inspirada en la antigüedad. Es excitante, no hay duda. Pero es que hay que ver cómo pone Gladiator desde el punto de vista del músculo. Es cierto que los gladiadores romanos no eran lo que se dice un ejemplo de trabajo en equipo: tenían que matarse unos a otros. Recordemos a aquel atlético negrazo de Espartaco, el retario Draba (tan parecido a Eto'o), que no quería ni dar el nombre a sus camaradas (acababa colgado de los pies; esperemos que le vaya mejor a Samuel). Es verdad que uno de los logros de Guardiolus, uy, Maximus, el general de las legiones metido a gladiador, era saber convertir a esos luchadores individualistas en equipo y afrontar así las escabechinas del anfiteatro. De hecho, una de las frases de Gladiator más destacadas en el vídeo es: "No sabemos a qué nos enfrentamos ahí fuera, pero es más fácil sobrevivir si luchamos juntos". Y las imágenes enfatizan la escena de la salida en grupo a la arena del Coliseo (Olímpico). Tengo mis dudas en cuanto a la selección de otras de las tomas: ¿por qué esa recurrencia de la lucha final de Maximus y el corrupto Cómodo? ¿Y lo de la mano de Maximus acariciando las espigas? Otras cosas son obvias: "Había un sueño que era Roma". Echo en falta, sin embargo, lo que me parece más épico de toda la película: "Fuerza y honor". Es la contraseña de Maximus en Vindibona antes de atacar con sus tropas a los germanos, la mejor escena de guerra de las legiones jamás filmada, aunque se le vaya la mano a Ridley Scott con la artillería y parezca que la Legio XIV Gemina lanzaba napalm con sus balistas. "Fuerza y honor", demonios. Quien firma se ha animado secretamente con la frase antes de algún partido de fútbol sala (sin gran resultado, cierto: hay lo que hay). Quizá la única que posee tanto poder de excitar la imaginación muscular sea: "¡Esto es... Esparta!". Para la próxima batalla, los 300.