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El juez procesa a dos hombres por la violación atribuida a Rafael Ricardi

El falso culpable pasó 13 años en prisión y aún no tiene la libertad definitiva

Rafael Ricardi está en la calle pero todavía se siente preso. En realidad, todavía no está libre oficialmente. El tercer grado le obliga a trasladarse desde El Puerto de Santa María a Cádiz cada 15 días para firmar en el juzgado. Para el crimen por el que fue condenado ya hay otros presuntos culpables. El juez de El Puerto, Miguel Ángel López Marchena, tomó ayer declaración a dos hombres de Jerez, considerados autores materiales de la violación por la que Ricardi se pasó 13 años en prisión. Tras escucharles, el juez ratificó el procesamiento de ambos y ordenó el mantenimiento de su encarcelamiento. La Fiscalía espera que el nuevo juicio por estos hechos se pueda celebrar antes de que acabe 2009.

La Fiscalía espera que el juicio se celebre antes de que finalice el año

En el auto de procesamiento, López Marchena considera a Juan B. G. y Fernando P. G., detenidos por la policía, los autores de una agresión sexual que se produjo en la zona de Valle Alto en El Puerto, en 1995. El auto admite como válidos los indicios que hay contra ellos. Considera que los dos hombres abordaron a una mujer cuando se marchaba a su casa en ciclomotor. Le colocaron unas piedras en el camino y la obligaron a pararse. Entonces la arrastraron a una zona arbolada y consumaron la violación.

Ese mismo relato de hechos fue el que mantuvo en la cárcel a Ricardi por una cadena de errores, que arrancó con la identificación visual que la víctima hizo de su principal agresor. Fue condenado y no hubiese salido todavía de la cárcel si la policía hace un año no hubiese detectado, en un análisis rutinario, que el ADN de Fernando P. G. coincidía con muestras de aquella violación. Eso reabrió el caso y permitió también la detención de su supuesto cómplice, Juan B. G., identificado con pruebas biológicas.

Las nuevas pruebas llevaron a la Fiscalía a pedir la revisión del caso. Ricardi salió de la prisión de Topas, en Salamanca, donde se encontraba pero todavía no es libre. "Tengo que ir cada 15 días a Cádiz. Me genera unas molestias horribles. Yo lo que quiero es quedar fuera de todo esto", lamentaba ayer. Lo decía en el mismo día en que los supuestos verdaderos autores de la violación por la que fue condenado declararon en el juzgado para ser interrogados para el juez. "Si hay pruebas contra ellos, que los condenen".

En el juzgado se les leyó a ambos el auto de procesamiento. El Ministerio Público quiere que se sienten en el banquillo antes de que termine el año. Ahora continúa a la espera de más pruebas (nuevos análisis de restos biológicos encontrados en el lugar de los hechos) que puedan sostener su acusación en un juicio. El procesamiento de estos dos hombres será fundamental para la declaración definitiva de inocencia, que todavía permanece en régimen de tercer grado. "Es un paso más, que vuelve a corroborar la inocencia de Rafael Ricardi. Que lo tengan en cuenta y no tarden tanto tiempo en resolver", explicó ayer su abogada, Antonia Alba.

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