Pistorius: "Llevo mi discapacidad con humor"
La vida de Oscar Pistorius (Suráfrica, 1986) quedó marcada al nacer sin peronés ni tobillos en sus dos piernas. Se las amputaron justo por debajo de las rodillas. Ahí comenzó un camino difícil, basado en un tremendo instinto de superación, que le llevó a ganar la medalla de oro de los 200 metros en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004. Sus tiempos fueron tan buenos que se planteó en serio participar en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 junto a los atletas de más alto nivel. En enero de 2008, sin embargo, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) se lo prohibió aduciendo que sus prótesis (Cheetah Flex-Food, fabricadas en Islandia) le concedían ventaja. El Tribunal de Arbitraje de Lausana (TAS) le dio la razón y la luz verde. Pero Pistorius no logró los tiempos mínimos para clasificarse. Se consoló de nuevo en los Paralímpicos proclamándose campeón en los 100, los 200 y los 400 metros. La semana pasada estuvo en Barcelona y participó en una reunión para discapacitados de L'Hospitalet.
Pregunta. Después de toda la polémica que se ha desatado sobre sus prótesis de fibra de carbono, ¿podría correr igual con otras?
Respuesta. Siempre he corrido con éstas, al igual que el 70% de los mejores deportistas paralímpicos. Supongo que podría usar otras, pero estoy cómodo con éstas.
P. ¿Qué sintió cuando la IAAF dijo que obtenía ventaja con ellas y el TAS le dio a usted la razón?
R. Nada. La IAAF me dijo que, si el Tribunal de Arbitraje demostraba que se había equivocado, lo aceptarían. Me prohibieron correr durante cuatro meses y luego dijeron: "Oye, nos hemos equivocado y te dejamos correr". Pero no logré las mínimas. Así que fue culpa mía no poder ir a los Juegos Olímpicos.
P. Usted es un ejemplo por su instinto de superación.
R. Como atleta, tengo una responsabilidad, pero creo que los Juegos Paralímpicos sirven para demostrar a la gente todo lo que puedes conseguir a pesar de tener una discapacidad.
P. Jugaba al rugby, al tenis y al fútbol antes de dedicarse al atletismo a los 18 años a causa de una lesión. ¿Qué ocurrió?
R. Me rompí los ligamentos de la rodilla izquierda por culpa de un placaje jugando al rugby. Parte de mi rehabilitación consistió en hacer atletismo. Correr no me gustaba, pero me lo impuse para volver a jugar al rugby hasta que empecé a disfrutar. Y sigo.
P. ¿En qué parte de su vida sufrió más a causa de su discapacidad?
R. No creo que haya sufrido nunca por ello. Cuando era pequeño, mis padres me decían: "Esto es lo que hay. Puedes estar triste o intentar hacer lo que quieras con tu vida". Elegí lo segundo. Llevo mi discapacidad con humor.
P. ¿Qué más le decían sus padres?
R. Mi madre fue increíble. Me decía: "Aunque no seas muy bueno en algo, debes intentarlo". Siempre me repetía que el perdedor no es el que corre y queda segundo, sino el que ni siquiera se atreve a correr.
P. ¿Ha notado un cambio en la aceptación social de la discapacidad?
R. Sí. Se está perdiendo el miedo a hablar de ello. Si un niño se queda mirándome porque voy con pantalón corto, le digo: "Hola, me llamo Oscar y no tengo piernas. Mira, éstas son mis piernas ortopédicas. Tócalas si quieres". Así le educas.
P. Es el mejor atleta paralímpico en los 100, los 200 y los 400 metros. ¿Seguirá compitiendo en este nivel o va a hacerlo sólo con los atletas sin discapacidades?
R. No. Para mí, los Juegos Paralímpicos ya son el nivel más alto. Pero hay pocas carreras para nosotros. Así que para estar en forma necesito participar en carreras para atletas no discapacitados. Nunca dejaré los Paralímpicos. Otra cosa es que me ilusione competir en los Olímpicos de Londres 2012.
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