'Ecuavoley' para enseñar civismo
Policías municipales de Usera dan un curso sobre el uso correcto de los parques
El ecuatoriano George Robayo oye el nombre de su equipo, sonríe y pega un bote de la silla para ir a recoger el trofeo. Los Macabeos han ganado el primer torneo de ecuavoley organizado por una institución, el Ayuntamiento de Madrid. Está contento. Hace un par de años la policía les echaba de las canchas improvisadas que montaban en el parque de Pradolongo, en Usera, para jugar a un deporte, variedad del voleibol, que causa furor en su país. "Allá nos lo tomamos muy en serio", corrobora su compañero, Luis Barrige. Ayer, esos mismos policías les recibían en su comisaría para premiarles.
Aprovecharon, eso sí, para impartir un breve curso de civismo: qué se puede y no se puede hacer en el parque. Lo que no: beber alcohol, vender bebida y comida sin control sanitario, ensuciar las zonas verdes, hacer necesidades fisiológicas... Para ilustrarlo, enseñaron fotografías de botellones multitudinarios -al ver las caras borradas se oyeron risitas ahogadas-, kilos de comida requisada que se vendía de forma ambulante y de una pradera rebosante de todo tipo de residuos. "Esto en realidad es un baño público", comentó el agente encargado del cursillo. "Ustedes son un ejemplo y queremos que sean nuestros aliados, que sean la correa de transmisión para que los nuevos usuarios utilicen el parque de la misma forma", explicó el oficial jefe de Usera, Andrés González. Aplausos.
Ya por la tarde, recién acabada la comida y con el sol en lo más alto, Fredy miraba cómo sus compatriotas montaban los palos y la red. "El mobiliario lo ponemos nosotros. Se trae y se lleva a casa cada día". En el césped, familias enteras pendientes de los partidos. "Aquí se está muy bien, pasamos el día entero con los niños", decía una mujer con un bebé en brazos. Tres jugadores por equipo, cancha más pequeña y la red situada a 2,80 metros del suelo, informaba Fredy. "Venimos hasta en invierno. Cuando nevó quitamos el hielo para poder jugar". Pradolongo ya no es el mismo parque que hace un tiempo acumulaba quejas vecinales por los botellones, dicen los policías de Usera. Algunas tardes llegaban a concentrarse miles de personas en la zona conocida como la Cornisa. Y se liaba. "Lo tenemos mucho más controlado", asegura un agente.
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