La presión vecinal obliga al Ayuntamiento de Vigo a suspender la tala de 450 chopos
La concejala de parques y jardines de Vigo, Raquel Díaz, le ha puesto el nombre de Plan de Reorganización Arbórea. Con él quería eliminar de una gran avenida 450 chopos y acacias de entre 30 y 50 años de antigüedad para que las pelusas que sueltan en primavera no generasen "molestias", sustituyéndolos por "especies menos alergénicas". El anuncio, realizado el martes, no pudo sostenerlo más de cuatro días. Ayer, en un escueto comunicado, el ayuntamiento señaló que sólo se talarán los 10 ó 15 ejemplares que estén "enfermos o en mal estado". Eso sí, serán sustituidos por otros "de calidad", como ginkgo biloba, magnolios, tilos o abedules.
El anuncio del martes se sustentaba en un supuesto rechazo vecinal a los chopos y abrió una de las polémicas con menos sentido de los últimos años. Desde la Federación de Vecinos, su presidenta Helena González recalcó que no están a favor "de talar ningún árbol". A Raquel Díaz también se le cayó el argumento sanitario sobre las alergias. Carmen Marcos, jefa de alergología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo aclara que "el chopo es un árbol poco o nada alergénico". El problema del chopo radica en que "en las épocas de polinización suelta unas partículas algodonosas visibles que son confundidas con polen pero que no lo son". Es cierto que esas partículas son "altamente irritantes para las mucosas de los ojos, nariz o garganta para todo tipo de personas". Pero también lo es que el abedul, una de las especies con las que se repoblará el barrio, "es altamente alergénico".
Antón Lois, de la asociación ecologista Amigos de la Tierra, no se explica lo que ha pasado: "Lo que intentan es tan absurdo como lo que decía George Bush cuando sostenía que sin árboles se acabarían los incendios. Los mayores problemas respiratorios los causa el humo de los coches, no los árboles. Ellos son nuestro único método para absorber CO2".
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