Voces dantescas por L'Aquila
Autoridades, estudiantes y artistas leen 'La divina comedia' en la Complutense en homenaje a la ciudad italiana
Durante seis horas retumbaron ayer los cantos dantescos en el Paraninfo de la facultad de Filología de la Complutense. Sonaba La divina comedia. O mejor dicho, polisonaba: con la voz resuelta del rector, Carlos Berzosa; con otra más rasgada por la nicotina de la concejal de Las Artes, Alicia Moreno; en italiano con la de Fanny Rubio, ex directora del Instituto Cervantes de Roma y alma de esta iniciativa.
El pasado 6 de abril se despertó sobresaltada al conocer que el epicentro de un terremoto de 6,3 grados había sacudido una ciudad del centro de Italia llamada L'Aquila dejando 294 muertos, 1.500 heridos y una ciudad monumental de 76.000 habitantes reducida casi a escombros.
"Tuve una reacción romana", contaba ayer en los pasillos de la facultad. Tal emoción se traduce en que actuó como si todavía viviera en Roma: llamó a la embajada y después a todos sus colegas de la Universidad de L'Aquila: "¿Estáis bien? ¿Cómo están vuestras casas? ¿Dónde están los libros?". Estaban todos bien menos uno, Rizzi, que estaba sepultado bajo un montón de escombros pero lo rescataron vivo horas más tarde. Sus casas estaban derruidas. Y los libros, en la biblioteca de la universidad que se mantuvo en pie, aunque hoy sigue apuntalada y con el acceso prohibido.
Y, ya se sabe, quitarle a un filólogo los libros es como dejarle sin oxígeno. Así que Rubio empezó a movilizarse hasta que ayer llenó el aire de versos dantescos. "Lo que empezó siendo una idea disparatada parece que ha terminado siendo una buena idea", decía ayer Rubio satisfecha.
En aquel disparate, que partía de una voluntad de ayudar sin saber bien cómo ("a Italia no vamos a mandar mantas ni comida"), se sumó un comité organizador que después dio lugar a una asociación (Humanistas sin Fronteras) creada en el departamento de italiano de la Facultad de Filología y potenciada por una de sus miembros: la profesora Aurora Conde Muñoz. "Pensamos que un acto solidario podía servir para hacer llegar a la comunidad, tanto universitaria como no universitaria, que estamos recogiendo libros de especialidad para que tanto profesores como alumnos de la Universidad del L'Aquila no pierdan el curso", explicaba ayer.
Junto a ella, varias alumnas voluntarias, como Salud María Jarilla y Manuela Rodríguez, organizaban los turnos de lectura, canto a canto, mientras fluían las imágenes de las calles, iglesias, paisajes, esculturas y demás señas de identidad sepultadas por el terremoto en L'Aquila y esperaban la llegada de más autoridades (embajadores y políticos), intelectuales (José Monleón), y artistas adheridos a la causa (Pepe Martín, Miguel Ríos, Marina Rosell, Carmen Linares o Amancio Prada) hasta el último verso: "Faltan fuerzas a la fantasía; mas ya mi voluntad y mi deseo / giraban como ruedas que impulsaba / Aquel que mueve el sol y las estrellas".
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