El narcotraficante Patoco amasaba un patrimonio inmobiliario de 40 millones
La fortuna del 'capo' fallecido es la mayor de las intervenidas a traficantes gallegos
Es sólo la punta del iceberg de la fortuna, por ahora incalculable, que amasó el difunto capo Manuel Abal Feijoo, Patoco, y que ya supera la cuenta de resultados de todas las investigaciones patrimoniales de famosos narcotraficantes que se han hecho en Galicia. Apenas un mes después de que el grupo policial de los grecos desmantelase toda su organización y comenzará a investigar sus bienes, ya han aflorado los primeros 40 millones de euros, que en su mayor parte estaban invertidos en el sector inmobiliario y en la infraestructura marítima que había adquirido Patoco para operar en el tráfico de cocaína.
Él y su viuda, María Luisa Vila Fabeiro, ambos condenados por narcotráfico a 9 años de prisión en 1998, habían levantado un emporio que está saliendo a la luz a través de una compleja investigación patrimonial que paralelamente están realizando dos unidades policiales. Una de ellas, dedicada a descubrir activos bancarios e inmuebles, ya ha encontrado unos 10 millones de euros en el sector inmobiliario que el matrimonio había invertido en Vilagarcía y Sanxenxo. Como dato curioso, a nombre de uno de sus subordinados, figuran 14 trasteros en un mismo edificio.
Para operar en este sector, el difunto capo y su mujer contaban con el inestimable respaldo de Gregorio García, Yoyo, un constructor de San Miguel de Deiro (Vilanova de Arousa) que estaba destinado a tomar las riendas del negocio cuando Patoco murió en accidente de tráfico en diciembre pasado. Yoyo, de 56 años, fue detenido en abril, en el marco de la redada en la que también cayeron otros 27 miembros del grupo. En su casa la policía encontró medio millón de euros en metálico.
El rastreo de bienes se dirige también a otras localidades de Galicia, como varios municipios del Barbanza, donde el empresario y socio del matrimonio había hecho importantes inversiones, supuestamente para blanquear dinero del narcotráfico. La investigación podría tardar meses en cerrarse y mientras tanto no se levantará el secreto de las actuaciones que ha decretado la juez de Cambados Irene Roura, que ha coordinado la redada junto con la Fiscalía Antidroga de Pontevedra.
Otra unidad del Grupo Especial contra el Crimen Organizado (Greco) de la policía ha descubierto el impresionante arsenal que tenía la organización para el transporte de cocaína y que ya se ha evaluado en 30 millones de euros. Abal Feijóo había comprado 20 naves estratégicamente situadas en las desembocaduras de los ríos Umia y Ulla para guardar una auténtica flota de planeadoras. Se han intervenido hasta 21 embarcaciones que superan los 10 metros de eslora y valoradas en 50.000 euros cada una. Además, se ha localizado una lanzadera de idénticas proporciones a la que apareció en febrero varada en Nigrán, que se estaba construyendo en un galpón con los mismos moldes. Esta lancha, que es la mayor y mejor equipada que se ha capturado, tenía siete motores que arrancaban por ordenador y está valorada en 1,5 millones de euros. En dos días y medio llegaba a mitad del Atlántico.
Al yate intervenido el día de la redada se suman ahora otros tres que tenía el matrimonio y que estaban fondeados en los puertos deportivos de Vilagarcía y Sanxenxo a nombre de testaferros, así como varios coches de alta gama, como un BMW descapotable y dos audis. También localizaron cuatro todoterrenos con matriculas falsas, también de alta gama, que fueron robados en Madrid. Con los asientos arrancados y los cristales pintados, servían para trasladar los fardos desde los arenales donde se desembarcaba la droga.
El matrimonio que rogó un indulto
Nadie hubiera imaginado que aquel Patoquiño (así le llamaba su mentor, Sito Miñanco) que acudió al juicio de la operación Nécora en chándal y zapatillas deportivas llegase a la cima. Su declaración provocó auténticas carcajadas cuando el fiscal le mostró una fotografía para que explicase qué hacía en el puerto de Viana do Castelo (Portugal) al volante de una planeadora. Patoco dijo que eso tenía "una sencilla explicación", que había ido allí a pasear con su novia y le pidió que le hiciera una foto. "Otros se la hacen en un Porsche o desde la ventanilla de un tren", añadió, en un alegato que le libró de la cárcel.
En julio de 1996 fue el único superviviente de una planeadora que fue embestida por otra en plena ría. Dos años después, dos individuos armados asaltaron su casa y secuestraron a su mujer. Se llevaron 36.000 euros que guardaba en el sótano, "las ganancias de la venta de marisco", según el atestado que levantó la Guardia Civil tras el incidente.
En 2001, el matrimonio llegó a pedir el indulto tras ser condenado por entregar unos kilos de cocaína a un comprador vasco en Moaña. En la petición, que fue denegada por el Consejo de Ministros, él decía que era "administrador y asalariado de un negocio de hostelería" y ella, "gerente y relaciones públicas" en otra empresa del sector. No aclararon dónde trabajaban pero ya entonces la pareja había comprado una famosa discoteca y un hotel a pie de playa en Sanxenxo.
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