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Columna
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La OIT cumple 90 años

La víspera de san Isidro, que queda ya casi tan lejana como el asesinato de César en Roma, asistí en el hotel Santo Domingo, domiciliado en la plaza homónima, a una rueda de prensa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La OIT la fundó nuestro rey Carlos II -el que asistió impertérrito en la plaza Mayor al auto de fe de 1680 en el que fueron quemados vivos 19 herejes-, la fundó, digo, hace 90 años este rey que, a principios del siglo XX, ya no sé si iba por su cuarta o por su quinta reencarnación.

Un acto moderado por Tito Drago, a quien he visto torear en algunas ocasiones en el Club Internacional de Prensa, de la calle Montesquinza, que pronto tendrá nueva sede, ofrece siempre garantías de sensatez. Y así fue. Tito Drago dirigió la rueda de prensa con un guante similar al que gasta Alessandro Baricco en su excelente novela Seda. Y como las noticias económicas siguen siendo desastrosas -la Asamblea de Parados de Madrid, desesperada, ya en tres ocasiones, incluso ha llegado a ocupar una oficina del INEM- se impone volver de nuevo a la conciencia social militante que, durante nueve décadas, ha practicado la OIT, que en 1969 recibió el premio Nobel de la Paz.

Reúne a empleadores y trabajadores que ahora, por desgracia, se llaman desempleados

Paseo por el maravilloso parque de la Fuente del Berro y le pregunto a Bécquer, a quien me parece ver, erróneamente, un poco aburrido en el monumento allí erigido por Santiago de Santiago, si conoce la historia de la OIT y me contesta que esta es precisamente la organización que a él le habría gustado fundar en Madrid. Es impresionante el conocimiento que tiene Bécquer de la historia de la OIT. En dos minutos me pone al día.

La OIT es un organismo intergubernamental que lucha por promover la justicia social entre los trabajadores de todo el mundo. La OIT fue fundada en 1919, por el Tratado de Versalles, al mismo tiempo que la Sociedad de Naciones, de la que era un órgano autónomo. Hoy está presente en 192 estados. Desde 1946 -el año que moría en Madrid Manuel Machado, extraordinario poeta eclipsado por su también extraordinario hermano poeta Antonio- la OIT es una institución especializada de la ONU. Para su funcionamiento pone en práctica un principio de representación tripartita: reúne a Gobiernos, empleadores -lo que en tiempos se llamaba patrones- y trabajadores que ahora, por desgracia, con mucha frecuencia, se llaman desempleados. El mismo Pedja Mijatovic, que acaba de dejar su puesto de director deportivo del Real Madrid, es un pobre trabajador que se acaba de ir al paro con una ínfima indemnización millonaria por rescisión anticipada de contrato.

Bécquer, que, aunque está bien informado en economía, tiene algunas dificultades para concentrarse en los temas sociales, al instante me lleva al terreno de la literatura y me dice que la voz tripartita, asociada a la representación en la OIT, le remite a la frase tripartito dividuntur ("se dividen en tres partes") que él aprendió en el Ars dicendi ("El arte de hablar"). ¿Y qué es el Ars dicendi?, le pregunto. Pregúntaselo mejor, me contesta, a Antonio Fontán, catedrático emérito de latín, ex presidente del Senado y director del, volado por el franquismo, diario Madrid, que acaba de presentar en la Fundación Pastor de Estudios Clásicos su magnífico libro Príncipes y humanistas. Nebrija, Erasmo, Maquiavelo, Moro, Vives. Este libro ya lo había anunciado Antonio Fontán en esa joya suprema que es Letras y poder en Roma, un libro de los que crean afición al humanismo. Paso por fin de Bécquer, que, arrastrado por su adicción a la literatura, desvía pronto la conversación de la militancia social a la retórica, la madre de la publicidad contemporánea, y vuelvo a la rueda de prensa del hotel Santo Domingo.

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Habla el director de la Oficina de la OIT en España, Juan Felipe Hunt, y nos dice que la OIT apuesta por una justicia social para una globalización equitativa. Para celebrar este aniversario, la OIT ha programado una serie de eventos, que difundirán en España la labor histórica de la OIT y su realidad actual centrada en el Trabajo Decente (la OIT escribe estas dos palabras con mayúscula). Entre los actos organizados, en colaboración con las escuelas de integración del Real Madrid, hoy, sábado, y el próximo 31 de mayo, se celebrarán las finales de los torneos de baloncesto y fútbol, respectivamente, en el polideportivo de Valdebebas. Durante el transcurso de los partidos se sacará la tarjeta roja al trabajo infantil, como símbolo de apoyo a la lucha contra esta vil explotación de los niños en 180 países del mundo. Tras la rueda de prensa, fui a la Puerta del Sol y, en la boca del metro, vi a una desdichada mendiga con la cara terriblemente deformada quizá por abrasamiento. Junto a El Corte Inglés pedía otro mendigo con varios miembros amputados.

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