La FIA y los equipos se reúnen en el yate de Briatore
A pesar de que la tradición manda que el viernes del Gran Premio de Mónaco es festivo en el Principado, los gerifaltes que manejan la fórmula 1 tuvieron un día de mucho trajín. El objetivo de las reuniones que llevaron a cabo pasa por que la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y los principales equipos lleguen a un acuerdo que desactive las amenazas de Ferrari, Toyota, Red Bull, Toro Rosso y Renault de abandonar el certamen si no se revisa la propuesta de la FIA de aplicar un límite presupuestario voluntario (45 millones de euros) con vistas a la próxima temporada.
A la una de la tarde, representantes de las escuderías fueron desfilando hacia el Blue Force, el barco que Flavio Briatore tiene atracado estos días en Montecarlo. También acudió Bernie Ecclestone, el patrón de la F-1. Tras un par de horas de reunión, Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Ferrari, aseguró que el encuentro de la asociación de equipos (FOTA) había servido para unirles más en su decisión de no competir en un campeonato de doble rasero.
Finalizado esa reunión, los responsables de los equipos se vieron con Max Mosley, presidente de la FIA, en el Automóvil Club de Montecarlo, donde discutieron durante tres horas y media más. Al salir, nadie quiso mojarse, por más que Montezemolo calificó este segundo encuentro como "muy largo y constructivo". El empresario italiano aseguró que los equipos volverán a verse, probablemente hoy, antes de citarse de nuevo con Mosley para desatascar definitivamente este descomunal y enrevesado embrollo.
