La Barbería reabre para los amigos
El grupo entusiasma a sus fieles en el ciclo Flamenco Universal
Más que reunión ocasional, Negri y Paquete encontraron anoche la perfecta excusa para darse un gustazo. Echaba a andar el ciclo Flamenco Universal en el teatro Calderón (ese que ahora tiene nombre de sorbete) y los artífices de La Barbería del Sur se dejaron convencer para reactivar por una noche esa alianza que les encumbró durante los noventa como gurús del nuevo flamenco. Sin disco nuevo desde 2002, ni intención aparente de incrementar el repertorio, los barberos tiraron de agenda para demostrar el mucho bacalao que aún cortan.
Ahí estaban dos bailarines, otros tantos percusionistas dándole al cajón, el gran Jorge Pardo con la flauta, las gafas y sombrero negros de Jerry González encorvados sobre su trompeta y el ketamero Antonio Carmona agitando el cotarro. Que para algo Negri y él son compadres.
La platea era, claro, una fiesta. Gitanas emperifolladas, los pendientes más aparatosos, morenazos de melena ensortijada y guapitos encorbatados se entremezclaban con la dosis justa de famoseo televisivo: Paco León, Willy Toledo, Antonio Garrido, Quique San Francisco. Había butacas libres: cosas que siempre pasan cuando es tan abultada la lista de invitados.
Anduvieron los músicos destemplados, como si, faltos de química y ensayos, nunca acabaran de entrar en calor. Lo compensaron con coletazos de emotividad: la dedicatoria a la madre de Negri, recién fallecida; el recuerdo de Antonio Vega con El sitio de mi recreo. Sonaron Alegría de vivir y muchas versiones: Dos gardenias, Toda una vida, Te esperaré y Lo bueno y lo malo. Ni un triste bis. Juan Suárez (Paquete) y Enrique Heredia (Negri) seguirán volando por su cuenta, pero ahora ya les consta que los fieles siempre aplaudirán sus reencuentros.
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