Corina Porro toma posesión ante un millar de invitados

El todo Vigo, y más. El PP aprovechó la toma de posesión de Corina Porro como presidenta de la Autoridad Portuaria de Vigo para hacer un alarde de poderío. El presidente de la Xunta y tres de sus conselleiros (Mar, Industria y Sanidade), más la superdelegada de Vigo y otros cargos subordinados del Gobierno gallego; los presidentes provinciales de Ourense y Pontevedra; el alcalde vigués y una nutrida representación de los tres grupos municipales (el popular, en pleno), así como antiguos concejales del mismo ayuntamiento o de otros municipios de la ría, como el propio alcalde de Baiona; los primeros directivos de Caixanova y Caixa Galicia, los actuales y anteriores de Zona Franca, de todas las organizaciones empresariales, singularmente las vinculadas al puerto, dirigentes sindicales y, en fin, espontáneos que desbordaron el aforo de las invitaciones -450 asientos- hasta cubrir un millar de asistentes. No hubo en Vigo toma de posesión más concurrida.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, el último en llegar a la Estación Marítima, recibió un baño de multitudes y de saludos, que demoró con deferencia y satisfacción en su paseíllo por medio del auditorio hacia el estrado. Era el primer acto oficial de Fernando González Laxe como presidente de Puertos del Estado, y Feijóo señaló el hecho de coincidir con el ex presidente de la Xunta como una de las tres emociones que marcaban su presencia; las otras dos, el plan de ayudas para el sector del automóvil que venía de presentar y el agradecimiento a Jesús Paz por su trabajo al frente de la Autoridad Portuaria viguesa.

Cotina Porro también reconoció a Paz "su impecable proceder en el traspaso de poderes" y "el trabajo bien hecho". "Mire a donde mire", añadió, "veo a mi familia, amigos, representantes de colectivos, sindicatos, empresarios, medios de comunicación, asociaciones, fundaciones... que han sido los que con su complicidad me han permitido que hoy llegase hasta aquí".

Porro se comprometió a superar inercias y conformismos, a acelerar el plan de usos portuarios, a respetar el medio ambiente y a impulsar nuevas infraestructuras. Laxe ofreció colaboración y destacó el anclaje socioeconómico que representan los puertos para sus entornos. Abel Caballero recurrió a la poética del mar como germen de la ciudad y de su gran industria y también ofreció su "apoyo incondicional" al desarrollo del puerto y de la relación puerto-ciudad, de la que citó los proyectos de Nouvel y Beiramar que el promovió como presidente de Autoridad Portuaria (aunque esto no necesitó decirlo).

Feijóo señaló que el crecimiento del puerto vigués repercute con efecto dominó sobre la economía de toda Galicia y, pese a la crisis, mantiene como potencialidades de futuro sus tráficos de calidad, su integración a la autopista del mar y el desarrollo del puerto seco en Salvaterra-As Neves. Además apostó por coordinar los servicios de todo el sistema portuario gallego para convertirlo en un "puerto único".