César clama contra el Kun

Nada más terminar el "partido más importante de la temporada", el rostro de Agüero reflejaba como un espejo la picardía y la pillería de las calles de la barriada Los Eucaliptos, el escenario donde aprendió las gambetas y otras artes menos nobles del fútbol. "¡Ah! ¿Pero que no fue penalti?", replicó aguantando la risa cuando le preguntaron por la acción que devolvió, 20 jornadas después, al Atlético a puestos de Champions. "Bueno, pero el árbitro se lo cobró", zanjó el delantero argentino. La argucia del Kun desquició a César. "¡Que diga lo que quiera! ¿Pero Agüero se cree que soy un pelotudo o qué?", se indignó el portero del Valencia, un coloso que atajó 10 de los 11 remates a puerta del conjunto rojiblanco. El único que se le escapó de las manos fue la pena máxima que ejecutó Forlán y que supuso su gol núemro 28, a uno de Eto'o.

"Forlán es un líder, un jugador que tira de sus compañeros, que les engancha", afirma Abel

"Lo que más me molesta es que me llevé una patada y una amarilla", bufó el meta, que hizo una petición pública: "Por favor, acabemos con la picaresca en este deporte. ¡Pero si en el segundo tiempo Maduro le ha hecho una falta que tenía más pinta de penalti!". El diálogo que mantuvo con Agüero cuando Mejuto señaló los 11 metros dice mucho:

-¡No es penalti!

-Pero me tocas.

-Sí, pero después de que me hayas tocado tú a mí.

Frente al descontento de César, el preparador del Valencia, Unai Emery, no buscó excusas ni justificaciones: "El resultado es justo. El Atlético ha sido mejor que nosotros en casi todo. Han tenido muchas más ocasiones y más empuje. Es la única explicación, lo del penalti es circunstancial. Aunque no lo hubiesen pitado, habrían marcado más tarde". Abel le tomó la palabra. "El equipo me está gustando mucho, pero éste es el primer paso para repetir en la Liga de Campeones; quedan dos más, en Bilbao y contra el Almería. Lo importante es la imagen que hemos dado. El Valencia no es un cualquiera. Por algo es el equipo que más jugadores aporta a la selección. ¡Si tienen la segunda plantilla de la Liga después de la del Barcelona!", profirió el técnico manchego.

Cómo no, Forlán, seis encuentros seguidos marcando, fue el encargado de transfor el penalti. La estirada de César no evitó el gol del delantero y la grada se lo reconoció como acostumbra: "¡U-ru-gua-yo! ¡U-ru-gua-yo!". "Diego es un líder, un jugador que tira mucho de sus compañeros, que engancha a los demás. Y eso es bueno para el grupo. Siempre se dice que los delanteros trabajan menos pero cuando los demás le ven cómo trabaja también se meten en la causa", estimó Abel. "El partido nos lo merecimos, pero en el fútbol con eso no basta. Si fuese por merecimiento, ¡Uruguay debería haber ganado muchas más veces a Brasil!", alegó Forlán.

Antes del partido, el Frente Atlético desplegó una pancarta en la que un soldado, con un casco parecido a los que empleaba el Ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial, disparaba una ametralladora. Se suponía que representaba al Atlético. "Era de muy mal gusto", confesó un cargo del club. Fue la nota negativa a una noche de fiesta en el Calderón.