Pulpo y orquesta a prueba de lluvia
Más de 6.000 jóvenes se dan cita cada año en una aldea despoblada de Agolada
Esta noche, la parroquia de Val, en Agolada (Pontevedra), reunirá, si se repite la concurrencia del año pasado, a cerca de 6.000 personas. La pradera y el campo da festa ya están listos, e incluso se ha colocado una enorme carpa para que, si llueve, la cuarta edición de la Festa da Xuventude no tenga excusa y consiga su objetivo: dar vida a Val, un pueblo de 15 habitantes en el concello de Agolada.
La de Val es una parroquia prácticamente deshabitada, pero que durante cada fin de semana, se renueva. Hoy, además, muchos de los jóvenes que crecieron en Val -ya no tan jóvenes, y habitantes ahora de otras capitales- han pedido días libres en el trabajo para conseguir montar la carpa, preparar la explanada y recibir todo el aparataje que serán decorado, ambiente y sustento de la fiesta.
La Xuventude de Val intenta con sus fiestas devolver la vida a la aldea
El Ayuntamiento de Agolada pondrá 2.000 euros de 19.000 para la fiesta
Pero no sólo la fiesta les mueve. Su objetivo es dar vida al sitio que les vio crecer. Ahora la taberna-parrillada Lareira, donde tomaban los vermú, ya no existe. José Ángel -uno de los miembros de "la Xuventude"- tuvo que dejar el negocio cuando marchó de Val, pero ahora, en el centro social, no puede evitar colocarse tras la barra para poner cervezas a sus amigos y cortarles unas tapas de chorizo y queso.
El antiguo tabernero saca orgulloso de la nevera del local una gigantesca pieza de carne. Y todos ríen, porque su particular manera de esperar a los invitados será organizando su churrascada. Eso sí, rezando para que no llueva, mientras ven afinar sus instrumentos a las dos orquestas que han contratado, y mientraslos pulpeiros van preparando las raciones, que con café, pan y vino costarán 11 euros.
La promoción ha sido intensa. Cuatro líneas de autobús, ya anunciadas en todas las radios de la comarca (Rodeiro-Artoño, Palas de Rei-Berredo, Silleda-Vila de Cruces y Visantoña-Vila de Cruces) recogerán a jóvenes y mayores a las 23.00 y 0.30 horas por tres euros. Después podrán volver a las cinco de la mañana y a las seis y media. El alcalde de Agolada, Ramiro Varela, del PP, no disimula su emoción por el impulso que le dan estos vecinos al pueblo. "Su fiesta es, con la de Cruces, una de las más importantes de la zona, y es impresionante la gente a la que consiguen atraer", cuenta, mientras presume de que los de Val fueron pioneros en fiestas de la juventud en esta zona. "Viene gente de muy lejos". El Ayuntamiento decidió aportar lo suyo cuando hace un par de años comenzó el saneamiento del pueblo.
Pocas aldeas han conseguido crear un sentido tan intenso de la comunidad como Val. Todas las medidas que toman, cada actividad y cada fiesta, van enfocadas a mejorar el pueblo e integrar a todos los que alguna vez formaron parte de ella. Son famosas en la zona la sardiñada de San Juan, la comida del último sábado de octubre, la fiesta campestre de septiembre, y cuando se acerca el verano, -"pero antes de la temporada alta de las orquestas", comenta Xosé Antonio, Mapa- la Festa da Xuventude.
Mapa viste mono de trabajo, porque es uno de los voluntarios que monta la enorme carpa bajo la que están previstos los bailes. También se ha encargado de preparar la gran explanada que hará de aparcamiento, y que además será una importante fuente de ingresos si se cumplen los pronósticos y se llena de coches esta noche. Este antiguo vecino de Val recomienda a la gente que coja el coche para venir a la fiesta. "Tantos accidentes que hay... Queremos que la gente venga entera y se vaya entera y contenta, y que beba si quiere, pero sin coger el coche".
Este es el argumento que el presidente de la Xuventude, José Antonio Val Val, dice haber llevado hace unos meses ante la desaparecida Vicepresidencia de la Xunta a fin de conseguir algún tipo de ayuda para sus festejos. "Pero las elecciones vinieron demasiado pronto", se lamenta. El alcalde, a su lado, mete baza: "Bueno, cambió y habrá que pedirlo de nuevo". El Ayuntamiento pondrá 2.000 de los 19.000 euros que cuesta preparar la fiesta. La crisis no ha sido un problema para ellos porque van a poner el dinero que ganaron el año pasado, así que en esta edición prefieren no escatimar. A las doce y media de la noche, las 60 cajas de cervezas, 100 de refresco y los 19.000 euros de bebida esperarán ansiosas las primeras notas de la orquesta Panorama para comenzar la macrofiesta, preparada a prueba de tormentas.
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