SOS

Hay quien había visto, para sus particulares planes, signos esperanzadores en la ausencia de referencias al proyecto de fusión de las cajas andaluzas en el discurso de José Antonio Griñán como nuevo presidente de la Junta. Percibían aquí una supuesta señal de que la política al respecto iba a cambiar hasta el punto de que consideraban que estábamos ante otra etapa bien distinta, libres de presiones para dibujar un determinado mapa de cajas en Andalucía basado, fundamentalmente, en un modelo de fusiones que giraría en torno a la mayor de todas ellas como era el caso de Unicaja, "la más solvente", según el propio Griñán en entrevista dominical a este periódico.

Ha bastado una comparecencia suya en EL PAÍS para retrotraernos a los planes originales basados en la idea de crear una gran caja en Andalucía contra más fuerte y más grande, mejor. Queda por saber si, en esta ocasión, sus palabras van a caer en el vacío o si, finalmente, van a ser secundadas por el sector que, por lo demás, tiene ante sí serios problemas a los que hacer frente. Precisamente, uno de ellos, es el que se ha suscitado con la empresa SOS Cuétara, grupo en el que están presentes las cajas andaluzas y que concentra buena parte del potencial agroalimentario andaluz. Su consejo de administración se rebeló contra su presidente y consejero delegado, Jesús Salazar, así como contra el vicepresidente, su hermano, Javier. Poseedores del 28 % de la sociedad, consiguieron que la entidad les concediera un más que sospechoso crédito de 212 millones, operación que ahora está bajo investigación tras la denuncia correspondiente por parte de dos accionistas. La situación llegó a tal punto que la CNMV tuvo que suspender su cotización en bolsa el pasado viernes a la espera de conocer el resultado de la auditoria específica encargada para aclarar este asunto.

Pues bien, a pesar de que aquí se ventilan buena parte de los intereses estratégicos de nuestra comunidad, las cajas andaluzas que constituyen el grupo de referencia, no llegaron a informar debidamente a las autoridades autonómicas actuando por su cuenta. Ahora, el objetivo es poner al frente de la compañía a un equipo gestor muy profesionalizado que garantice la estabilidad y progreso de la empresa. Una razón de más para poner de manifiesto la necesidad de configurar, de una vez por todas, un poder financiero andaluz, fuerte y coordinado. Podrían empezar por las participaciones industriales que afectar a sectores clave de nuestra tierra.