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Reportaje:POP | La semana por delante

Una voz para conmoverse

Antony Hegarty tiene una voz profunda y conmovedora, de ésas que parecen capaces de calmar a las bestias. La primera vez que apareció en un escenario español, en el festival Tanned Tin de Santander en 2004, aquel tío grande con maneras femeninas se convirtió en la estrella del certamen. En 2005 publicaba su segundo álbum, I'm a bird now, en un pequeño sello estadounidense y con todas las papeletas para que aquellas canciones desgarradoras pasaran inadvertidas. Pero se ha convertido en una estrella. The crying light se ha hecho esperar cuatro años. Algunos dicen que es mucho más afectado y que corre el riesgo de convertirse en Céline Dion. Pero cuando mañana (21.00) salga al escenario del palacio de Congresos, se encontrará con un recinto abarrotado. Hace meses que no queda ni una entrada.

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