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El joven que mató a su hermana tenía obsesión por ella

La investigación no descarta que mantuvieran una relación sexual

Ramón G., de 22 años, y Rocío G., 17, los menores de una familia de tres hermanos de L'Alfàs del Pi, mantenían una "estrecha y cercana" relación que la mañana del 4 de abril derivó en tragedia. Ese día Ramón entró en el cuarto de su hermana armado con la escopeta de su padre y le disparó dos tiros en la cabeza que acabaron con su vida. Un mes después, el hermano y el padre están arrestados. El hermano, como autor confeso y el padre, como encubridor.

El martes, en su declaración ante la Guardia Civil, Ramón asumió la autoría del crimen, aunque insistió en que fue "accidental". Pero fuentes de la investigación policial y judicial mantienen que el joven mató a la chica conscientemente. El primer dato que desbarata la tesis de Ramón es que el arma homicida no es automática y, por tanto, al menos el segundo tiro fue voluntario. Además, el arma estaba montada desde el día anterior y con ella Ramón ya había amenzado a un amigo durante una discusión. Además, la investigación sostiene que la intención primera del agresor cuando supuestamente descubrió, con su madre, a su hermana muerta sobre la cama, no fue trasladarla al hospital, como finalmente hizo, sino deshacerse del cadáver.

Los dos hermanos solían mantener acaloradas discusiones
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Fuentes judiciales abogan por un móvil "más extravagante" derivado de la "cercana" relación entre los hermanos, que compartían amistades y aficiones. Ramón ejercía una actitud de control hacia su hermana menor rayana en la obsesión e incluso se tatuó el nombre su hermana en un brazo.

Fuentes policiales añaden que, fruto de esa intensa relación, eran frecuentes las discusiones entre los dos. La noche previa al crimen los dos jóvenes salieron de fiesta. Rocío presentó a su hermano su novio, un joven de 19 años, de misma estética juvenil. La velada, según fuentes policiales, terminó con otra acalorada discusión entre Rocío y Ramón. Éste no aceptó al joven como compañero de su hermana, a quien advirtió: "No vas a salir con ese gañán." Estas fuentes creen que el presunto homicida pretendía matar también al nuevo novio de su hermana y aseguran que estaba "loco" por ella y no descartan que incluso hubiera existido una relación sexual entre los hermanos.

Ramón y su padre siguen detenidos a la espera de pasar a disposición judicial. Ayer, el joven Ramón desveló a los agentes el lugar donde escondieron la escopeta, un barranco cerca de L'Alfàs. El juez de Benidorm que lleva el caso mantiene el secreto del sumario y decidirá si ambos ingresan en prisión. En todo caso, el padre no podrá ser acusado de encubrir a su hijo, dada la exención al delito de encubrimiento que confiere el Código Penal a los familiares directos. Y para ser acusado de cooperación necesaria, debería haber actuado con anterioridad o simultáneamente al crimen.

Los arrestos se produjeron después de que los resultados de la prueba de balística confirmaran la existencia de restos de pólvora en las manos de ambos. El padre esgrimió que su hijo le transmitió los restos al felicitarle con motivo de su cumpleaños. El progenitor sabía desde el primer momento que su hijo había matado a su hermana, hasta el extremo de que el martes, cuando llegó al cuartel, en referencia a Ramón, dijo a los agentes: "Con quien debéis hablar es con él".

Con información de Lydia Garrido, Artur Balaguer y Rebeca Llorente.

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