Morbo, audiencia y dinero
Días después de la desaparición de Marta del Castillo en Sevilla, toda la ciudad se lanza a la calle a buscarla. Amigos, conocidos del barrio y compañeros de instituto aparecen constantemente en los medios, con la cara distorsionada en el caso de los menores, comentando sus impresiones y pidiendo ayuda. Pero hay quien decide ir más allá. Es el caso de Rocío, ex novia del supuesto asesino (por aquel entonces, su pareja actual) y su madre. Ambas decidieron acudir a un plató de televisión para demostrar que no sabían nada de lo ocurrido.
Hoy, más de dos meses después, volvemos a encontrarnos con madre e hija al encender la televisión, aunque esta vez por motivos muy distintos. Ahora piden una indemnización por haber sacado a Rocío, menor de edad, en un plató a cara descubierta, a pesar de que el programa contaba con la autorización de ambas. ¿Quién tiene la culpa, la televisión que emite imágenes de una menor, o la madre que consiente que esto suceda? Es absurdo buscar una respuesta cuando parece que el morbo, la audiencia y el dinero lo justifican todo.