Ourense pedalea para festejar el 50º aniversario de 'A Esmorga'
Una docena de ciclistas recorren el escenario de la novela
Hay miles de formas de llegar a A Esmorga. Un puñado de orensanos lo acaban de hacer pedaleando por la ruta trazada en la novela de Blanco Amor. Un rosario susurrado sobre la bicicleta para celebrar medio siglo de la primera novela moderna en gallego. Una penitencia gozosa para reivindicar al autor denostado, "por rojo y maricón", y los lugares (cafés, bares, pensiones, tabernas y prostíbulos) de una amarga parranda ahogada por la humedad de la posguerra y el franquismo. Medio siglo después de la novela, Blanco Amor recibe flores y agasajos y la ruta del Ourense oscuro, lluvioso, frustrado y frío de la novela es ruta de reivindicación política, social y literaria.
El escritor dejó el itinerario del triste amor ideal (homosexual) de sus protagonistas atado para siempre a su ciudad. La Asociación Masa Crítica la ha recorrido sobre ruedas. Al ya tradicional roteiro de A Esmorga se llega también pedaleando. "Queremos reivindicar la obra y su vinculación con esta ciudad, pero también reclamar espacios limpios y la bicicleta como medio de transporte", señala el organizador, Manuel Precedo.
Anclados al sillín y a la novela, una docena de ciclistas literarios se echaron a la calle, a la hora del vino y de las tascas, y fueron cumpliendo el rito de la lectura de los capítulos más emblemáticos ante los mismos lugares que El Bocas, Milhomes y Cibrán se corrieron su borrachera de largo fin de semana inacabado. Siguieron los festejos municipales, que han ilustrado con cartelería el recorrido por la vieja Auria de los tres protagonistas, y el artista Manuel Figueiras ha dejado un circuito de cerámica.La vieja Auria ha crecido sobre la mayor parte de la arquitectura de A Esmorga. Sólo queda su estela y el rosario literario que le dedican ciclistas y entusiastas. Ourense se ha levantado sobre la sociedad de hidalgos y prostitutas, funcionarios y tratantes de ganado a los que Blanco Amor paseó por su novela de marginación.
Masa Crítica celebra, con el rito literario sobre ruedas, su demanda de "utilizar la bicicleta como medio de transporte habitual". A Esmorga les ha dado un buen pie: "Todo el mundo la ha leído en el instituto". Su particular conmemoración de A Esmorga llevaba implícita una llamada al compromiso político de atender también lo singular. "Todos los meses hacemos rutas en bicicleta por la ciudad, con o sin novela pero con el mismo objetivo de que podamos compartir los espacios", señala Precedo mientras se pone el casco y guarda en la cesta la manoseada (por leída) novela del Ourense marginal y húmedo en busca del eco de Blanco Amor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.