_
_
_
_
La nueva Casa Blanca

El Partido Republicano pierde a su voz más moderada

El senador Specter convirtió su independencia en bandera

Antonio Caño

Criticado como un traidor por el núcleo duro conservador y silenciosamente apoyado por los republicanos moderados que pierden a su voz más autorizada, el senador Arlen Specter deja al Partido Republicano sumido en un difícil debate sobre su identidad y aceleradamente escorado a la derecha.

Su decisión de abandonar el partido al que perteneció durante 44 años ha caído como una bomba política en Washington, tanto por la personalidad de Specter como por sus consecuencias en el equilibrio de fuerzas en el Congreso estadounidense, pero no constituye una absoluta sorpresa.

Specter había sido ya, de hecho, un demócrata en los primeros años de su vida, y siempre actuó después con independencia respecto a su partido durante sus cerca de 30 años ocupando uno de los dos escaños del Estado de Pensilvania en el Senado de la nación.

El político votó a favor del plan de estímulo económico de Obama

Casi un 40% de las veces, Specter votó en contra de las propuestas de su partido. No es, desde luego, el único ni el que con más frecuencia rompía la disciplina de voto en un Congreso en el que son frecuentes los casos de representantes y senadores que votan conforme a su conciencia o a sus intereses, no a los de su partido.

Pero Specter había convertido esa independencia en una bandera que, hasta ayer, era motivo de reconocimiento tanto de parte de demócratas como de republicanos. La posición de Specter dentro de su partido comenzó a hacerse imposible al ser uno de los tres senadores republicanos que permitieron con sus votos la aprobación del paquete de estímulo económico de cerca de 800.000 millones de dólares (más de 600.000 millones de euros) presentado por Barack Obama. Desde el principio de esta presidencia, los republicanos, dirigidos en ambas Cámaras por miembros del ala conservadora, habían optado por la estrategia de cerrar filas y obstaculizar en lo posible los planes de la Casa Blanca. Aquel voto de Specter, por tanto, fue como un puñal en el corazón del partido.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Después de aquello, su situación se agravó tanto que sus posibilidades de ganar las primarias republicanas para intentar una nueva reelección en el Senado quedaron seriamente reducidas. Para Specter no había más alternativa que dejar su partido o su carrera política.

Obviamente, optó por lo primero. "No estoy dispuesto a que el trabajo de 29 años de actividad en el Senado sea decidido por el electorado de las primarias republicanas de Pensilvania; no estoy dispuesto a poner mi carrera en manos de ese jurado", declaró Specter al anunciar su decisión.

El año que viene Specter intentará conservar su escaño como un candidato demócrata.

El senador Arlen Specter (derecha) camina junto al vicepresidente, Joe Biden, unos pasos detrás de Barack Obama.
El senador Arlen Specter (derecha) camina junto al vicepresidente, Joe Biden, unos pasos detrás de Barack Obama.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_