Antonio Jiménez Manteca, periodista de espíritu mecenas
Hay dos imágenes de Antonio Jiménez Manteca que difícilmente olvidaremos los periodistas de información económica. Una es haciendo de árbitro en el partido de fútbol que todos los años, desde hace unos 25, nos enfrenta al Colegio de Economistas de Madrid, y a los que en ocasiones han acudido también políticos. El Corte Inglés, donde ejercía de jefe de prensa desde hacía 35 años, nos aportaba las indumentarias y la única exigencia de Antonio era arbitrar él el partido, aunque, eso sí, difícilmente salía del círculo central. Algunas cantadas, que luego eran objeto de cachondeos a la hora de las cervezas, son memorables. Pero el árbitro, es decir, el colegiado Jiménez Manteca, siempre tenía razón.
La otra imagen es acudiendo, vestido con traje y la corbata aflojada, a cada una de las redacciones de los medios principales de Madrid el último domingo de agosto con los resultados económicos del ejercicio de El Corte Inglés junto a Ángel Barutel tras la aprobación por el consejo de la empresa que presidió primero Ramón Areces y ahora Isidoro Álvarez. Dejaban la memoria y el resumen de prensa y apenas tenían tiempo para comentar algunas circunstancias tomando un enésimo café o algún refresco.
Supongo que los periodistas, de ésta y de otras ramas, tendrán anécdotas para dar y tomar de este buen hombre, de espíritu inquieto, amante del cine y apasionado del deporte (de todos los deportes y del Atlético de Madrid), que falleció el 22 de abril a los 63 años a consecuencia de un paro cardiaco. Se licenció en la antigua Escuela de Periodismo de Madrid, donde recolectó muchos amigos y compañeros que ahora le recuerdan como impenitente jugador de mus. También cursó estudios de económicas y de telecomunicaciones.
Antonio Jiménez Manteca era uno de los jefes de prensa de empresas (dircom, como se dice ahora) más veteranos; pero todos sabíamos que él no estaba allí para pedirle información sobre las estrategias de la empresa o sus próximos proyectos. Desde el principio, El Corte Inglés impuso la política de no facilitar ese tipo de información y él cumplía a rajatabla. En cambio, se encargaba de dar todas las facilidades posibles para apoyar cualquier acontecimiento deportivo, social o cultural con pies y cabeza que se le propusiese. En eso Antonio Jiménez era un maestro, de los que, además, no les gustaba salir en la foto ni aparentar. Era casi una exigencia.
En ese espíritu de mecenazgo, su colaboración fue fundamental para subvencionar el citado partido de fútbol y cursos especializados organizados por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE); patrocinar torneos de baloncesto y tenis del máximo nivel o impulsar torneos deportivos para periodistas, como el ya consolidado de golf de El Corte Inglés. Asimismo, su mano estaba detrás de la gala del deporte que anualmente reúne a los más destacados deportistas de cada actividad.
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