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El PSdeG aclama a Vázquez como líder con el 90% de los votos

Los críticos ni siquiera reunieron avales para presentar candidatura

Un total de 412 votos, el 90,55 % de los delegados que participan en el congreso extraordinario que el PSdeG celebra en Pontevedra, respaldaron ayer el liderazgo de Manuel Vázquez como nuevo secretario general de los socialistas gallegos. Gonzalo Caballero, el único dirigente que intentó disputarle el apoyo de los militantes, ni siquiera logró los avales necesarios para presentar su candidatura. Vázquez, sin embargo, ofreció integración y diálogo a su fallido rival.

Para gobernar el partido, una organización acostumbrada a un aparato raquítico, Vázquez tenía ayer intención de recurrir a Pablo García, hasta ahora motor del poderoso sindicato Unións Agrarias. Con la elección de García, desconocido para el gran público y para muchos militantes, el nuevo líder del PSdeG pretende aprovechar la red social del sindicato agrario y su influencia en las áreas rurales de la comunidad para rearmar a los socialistas gallegos. Toda una declaración de intenciones con la vista puesta en las elecciones municipales.

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La Ejecutiva en la que Vázquez trabajaba ayer (y que será sometida hoy a votación) situaba a García en la secretaría de Organización, pero no prescindía de Mar Barcón, actual titular del cargo. La coruñesa perderá el control del aparato pero conservará la portavocía del partido y responsabilidades de acción electoral y política municipal, también de gran importancia de cara a las elecciones, aunque en última instancia sometidas a control directo del secretario general. Por debajo, Vázquez trabajaba en una lista de ocho secretarías ejecutivas, en las que tiene intención de situar caras nuevas que visualicen el cambio de rumbo y la renovación del partido, y entre 20 y 30 vocalías representativas del conjunto de la organización.De las baronías del partido sólo la de A Coruña suscitaba ayer algún debate entre los delegados al congreso de Pontevedra. Antes de fin de año, el PSdeG debe celebrar por primera vez congresos provinciales y el pulso entre las distintas facciones del socialismo coruñés evidencia que el proceso no va a ser sencillo. Para salvar el problema sin tomar partido entre los contendientes, Vázquez tenía intención de mantener en la ejecutiva a quien ya venía siendo el responsable del partido en la provincia, Moisés Rey. Esta decisión, sin embargo, disgusta a muchos dirigentes coruñeses que consideran a Moisés Rey demasiado afín al histórico Salvador Fernández Moreda, presidente de la Diputación, y que temen pueda condicionar el desarrollo del congreso provincial en el que pretenden disputar el control de la provincia a los socialistas de la capital coruñesa.

Manuel Vázquez, también líder de los socialistas orensanos, no dejó lugar a dudas acerca de cuáles son sus intenciones para los próximos años. En su discurso ante el plenario del congreso se presentó como "un socialista gallego orgulloso" del pasado del PSdeG "e ilusionado con el futuro".

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Lejos de marcar distancias con Emilio Pérez Touriño (ausente del congreso), Vázquez reivindicó la figura del ex presidente de la Xunta como el hombre que fue capaz de llevar el PSdeG al Gobierno y compartió con él la responsabilidad de la pérdida del Gobierno en las últimas elecciones. "Soy tan responsable como Touriño", reconoció, "porque goberné este país. Gestionamos bien, pero hicimos poca política", proclamó a modo de autocrítica entre los aplausos de los delegados. "Nos olvidamos de cómo habíamos llegado al poder" y "no escuchamos a los que nos habían votado".

Ahora, aseguró, "es el momento de cambiar profundamente el partido, toca más que nunca la participación de simpatizantes, militantes y ciudadanos". La experiencia del Gobierno demuestra que Galicia "no se puede cambiar de arriba abajo, hay que hacerlo de abajo arriba, ampliando la base de militantes y de la organización, saliendo a la calle, participando activamente en la sociedad", propuso.

El objetivo, subrayó, tiene que ser "construir un proyecto para gobernar en mayoría". "Nosotros y nadie más que nosotros, porque somos nosotros los que vamos a cambiar este país. Tardaremos cuatro u ocho años, pero seremos capaces de hacerlo ganando las elecciones", prometió.

"No nos van a regalar nada", advirtió a continuación. "No hay que esperar un Prestige" para volver a la Xunta, "los votos se ganan día a día trabajando desde abajo", insistió. "No escojamos el camino fácil", pidió Vázquez a los delegados. "Para el cambio no hay atajos. Tenemos que empezar desde abajo", reiteró.

El líder de los socialistas gallegos apostó por la creación de una escuela de dirigentes, al mando del ex senador Jaime Barreiro, destinada no sólo a formar a los cuadros del partido, sino a mejorar la autoestima de los socialistas gallegos.

En el camino hacia la recuperación de la Xunta, advirtió al BNG, sin mencionarlo, que su partido no esperará "por nadie". "Somos la única alternativa política de este país", concluyó entre los aplausos de los delegados. El congreso extraordinario se clausurará hoy con la elección de la nueva ejecutiva y un discurso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se desplazará ex profeso a Pontevedra.

Manuel Vázquez y José Blanco saludan a los delegados al congreso del PSdeG.
Manuel Vázquez y José Blanco saludan a los delegados al congreso del PSdeG.LALO R. VILLAR

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