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Tentaciones
Reportaje:EN PORTADA

SIN TETAS ¿NO HAY TAQUILLAZO?

"No creo que nos den el Oscar".

"Oye, a lo mejor sí".

"No, no creo. Sinceramente, lo dudo".

Todo apunta a que Canco Rodríguez acertará y no lucirá palmito por la alfombra roja del Kodak Theater de Los Ángeles el año que viene. Por mucho que haya bordado su papel de Cabra, un feriante de extrarradio que trapichea con drogas y que la lía parda junto a su pandilla en Fuga de cerebros, la comedia española cortada al patrón del cine pajillero estadounidense que más papeles tiene para convertirse en taquillazo primaveral.

Algo se mueve en el cine español. Si el desparrame hormonal de Mentiras y gordas ha batido récords (más de 650.000 espectadores, cerca de 4 millones de euros recaudados y subiendo), Fuga de cerebros podría recordarse como la primera réplica patria decente de la comedia cafre americana revitalizada por Judd Apatow o los hermanos Farrelly. "Quienes llenan los cines hoy son los chavales de entre 14 y 25 años", observa Álex Pina, productor ejecutivo de la película y coguionista junto a Curro Velázquez (ambos curtidos en la factoría televisiva de Globomedia con series de éxito como Periodistas, Los Serrano y Los hombres de Paco). "Para nuestra primera película decidimos que teníamos que hacer taquilla, que nos posibilitara acceder después a otros proyectos. Por eso pensamos en un género, el de la comedia adolescente gamberra, que Estados Unidos lleva exportando tres décadas, pero que nunca se había adaptado a nuestra idiosincrasia", continúa. La cinta, preestrenada el pasado sábado en el Festival de Cine de Málaga, horrorizó a la crítica, como cabía esperar. Pero parece que al público no.

Para nuestro debut queríamos hacer taquilla, que nos posibilitara hacer después otros proyectos (Álex Pina, productor ejecutivo y coguionista)
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Aunque vista hoy resulte hasta entrañable, Porky's (1981) sentó unas bases que hicieron posibles cintas más recientes como American pie, Supersalidos o Algo pasa con Mary. "Todas ellas nos han servido para saber qué hacer y qué no. Queríamos provocar la risa, pero huyendo del elemento vacuo estadounidense de las relaciones muy cortas y endebles. Queríamos darle un envoltorio mayor y aprovechar el bagaje de comedia costumbrista que traemos de la tele", señala Pina. "Buscábamos algo gamberro pero a la vez luminoso, lleno de amistad y amor", añade Fernando González, su director.

La película empieza como un chiste de toda la vida. Un ciego (Alberto Amarilla), un parapléjico (Gorka Lasaosa), un camello (Canco Rodríguez) y un guaperas macarra (Pablo Penedo) acuden en auxilio del amigo pringao (Mario Casas) que lleva toda su vida colado por la guapa del colegio (Amaia Salamanca). Cuando a ella la aceptan en la facultad de Medicina de Oxford, a esta panda de descerebrados no se les ocurre otra cosa que falsificar sus lamentables expedientes académicos para seguirla.

"Son unos outsiders", resume Amarilla, que interpreta a Chuli, el invidente que nunca se rinde. La parodia de colectivos a priori intocables fundamenta sus gags: el ciego se estampa contra un poste jugando al fútbol, el parapléjico cae al suelo varias veces y el camello, que es gitano, vende droga en un poblado chabolista "aunque sólo al que lo disfruta", defiende el personaje. Golpes de incorrección en tiempos de corrección política que, sin embargo, no encierran maldad. "El límite no está en el contenido humorístico, sino en el tratamiento. La misma idea puede tener un tono distinto, evitar lo agresivo para volverlo tierno", apunta Pina. Velázquez, su otro guionista, coincide: "Lo que mueve a los personajes es el amor y la amistad. Es heroico. No nos reímos de ellos". Sin embargo, se cubren las espaldas obviando algunos detalles, como evitar la palabra gitano para referirse a un personaje que, evidentemente, lo es. El director, Fernando González Molina, justifica así su omisión: "Es fruto de la casualidad. Lo único premeditado es que el Cabra sea el personaje más bueno de la película".

González, que es realizador habitual de Los hombres de Paco, cuenta que terminó haciendo con los actores casi más de profe de guardería que de director. "¡No sé cómo no se nos nota en los planos que muchos días estábamos de resaca!", confiesa Amaia Salamanca tras la sesión de fotos a la que sometimos a Fuga de cerebros en un parque de Madrid. La actriz, de enorme éxito televisivo gracias a Sin tetas no hay paraíso, guarda buen recuerdo del rodaje en la Universidad Laboral de Gijón convenientemente maquillada para parecerse a Oxford. Igual que Mario Casas, que a sus 22 años es el ídolo teen de moda gracias a Los hombres de Paco y Mentiras y gordas: "Este rodaje fue como unas vacaciones. Es raro que suceda, pero nos hemos hecho todos muy amigos y seguimos viéndonos". Damos fe. Tras las fotos, todos se fueron de cañas al madrileño barrio de La Latina.

"Fernando exigió que ensayáramos todos juntos. Tenía que parecer que éramos amigos desde los cinco años", explica Amarilla, que preparó su papel de Chuli con la ayuda de la selección española de fútbol sala para invidentes. A Gorka Lasaosa (Ruedas, un parapléjico obsesionado con el sexo) le echaron una mano en un centro de rehabilitación. Y Canco Rodríguez convivió con gitanos: "Conocí a varios en Tirso de Molina [una plaza de Madrid]. Me fijé en cómo se movían, los dejes, el compadreo, ese sentimiento de amistad de 'lo doy todo porque eres mi hermano'. Pero luego mi personaje es muy extremo y no sé si se decepcionarán, porque ha resultado no ser en absoluto realista".

Pablo Penedo (Corneto, "líder intelectual") es el ganador del 5 liters experiment, un delirante concurso online (en realidad, una publicidad viral de la película colgada en YouTube y visitada por más de 120.000 personas en mes y medio) que busca al campeón de los campeones de la masturbación. Se trata de llenar una garrafa de cinco litros de esperma en el menor tiempo posible. Pero... ¿es físicamente posible?

Pablo Penedo. Sí, yo creo que sí.

Canco Rodríguez. Perdona, yo es que prefiero llenarla... pero en otro sitio.

P. P. Sí, claro, de hecho yo a mi novia la llamo garrafa.

Gorka Lasaosa. Yo las vacío para rellenarlas después.

Fernando González desacredita estos vaciles: "¡Son unos fantasmas!". Aunque todo esto contribuye a pensar en Fuga de cerebros como digna heredera española de American pie. ¿Lo es?

G. L. Puede ser. Pero tiene un humor muy ibérico. Sin ser typical spanish, ¿eh?

C. R. Lo que tiene es un muy buen guión.

G. L. No imagino la peli con otros actores.

P. P. Eso. ¡Y que quede claro por si hay segunda parte!

Resulta extraño que la escena de sexo entre Amaia Salamanca y Mario Casas (por entonces, pareja en la vida real además de en la película) no se haya utilizado como reclamo. "¡Al lado de Mentiras y gordas, esa escena es jauja!", exclama Casas; "está muy cuidada, con una luz muy bonita y no está alargada de más. Si te fijas, no la han usado ni en el trailer". La explicación la tiene Álex Pina: "Escribimos el guión siendo conscientes de que el sexo era una constante en las pelis norteamericanas. Pero creímos que nuestro fuerte no podía girar alrededor del morbo". Salamanca se ruboriza al recordarla, a pesar de saberse objeto de deseo de media España. "Me da muchísima vergüenza. Nunca antes he salido desnuda. Pero es parte de la película", responde escueta.

A lo que la actriz no se acostumbra es al interés permanente en encontrarle novios (el más reciente, el jugador del Real Madrid Sergio Ramos). Sorteando habladurías, confiesa: "En principio lo llevo bien. Es lo que toca. Al salir en televisión te conocen en todas partes. Lo que peor llevo es la prensa, los paparazzi... Ellos insinúan, crean, buscan el morbo. Pero sobre mi vida privada nunca contesto". ¿Y sobre su carrera? Al fin y al cabo, Salamanca no deja de ser conocida como "la de Sin tetas". Ella se defiende: "No es un lastre. Creo que he hecho papeles muy distintos. ¿Sin tetas no hay paraíso? Bueno, tuvo muchísimo éxito. Mejor eso a no haberme comido un colín". La madrileña reconoce humilde que está en un buen momento y que hay que aprovecharlo. España, dice, está lleno de actores y actrices que un día fueron algo en una serie y de los que nadie se acuerda.

Nuestros seis chicos, en mayor o menor medida, son conocidos por la televisión.

G. L. Hay quien se acerca. Yo me comporto como soy. Algunos se decepcionan...

C. R. El problema es cuando abusan de tu confianza.

Mario Casas. Influye el respeto. Me pueden decir: "Mira, no me gusta tu trabajo", pero con respeto. Porque hay quien te jode el día, aunque luego hay quien te lo alegra.

P. P. A mí lo mejor que me ha pasado de la fama... ¡es follármela! [Risas]. No, en serio, dicen que la fama te cambia. Y una polla. Cambia a los de tu alrededor.

C. R. Bueno, pero a mí me pasa... Soy un mitómano. Si viera a Bunbury...

P. P. En una discoteca, unas niñas me preguntaron si era Pablo Penedo. Les juré que no, que era fontanero. ¡Y se fueron! Entonces ¿qué pasa?, ¿que si soy actor te quedas, pero si soy fontanero te vas?

C. R. Lo mejor de esta profesión es que le puedes entrar a Amaia Salamanca.

Pues también es verdad. O, a juzgar por las burradas que salpican el guión, a cualquier otra. Quédense con esta recomendación gentileza de Fuga de cerebros para esta primavera: "Tranca, ojete, chocho, lo importante es mojar el bizcocho".

Fuga de cerebros >se estrena hoy.

CHUS ANTÓN
Vídeo: J. MINGUELL / P. CASADO

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