Pepe se olvida de la tele

"Sin televisión, el fútbol era más duro. Ahora hay que tener mucho cuidado cuando entras. Yo también daba muchas patadas cuando empecé a jugar. Era tres partidos, una expulsión, tres partidos, una expulsión... Afortunadamente, tuve entrenadores que me orientaron. Ahora, un partido del Madrid no tiene menos de ocho cámaras. Te pillan en cualquier situación y te pueden complicar la vida [...]. Lo importante es ir al balón y ser leal. Nunca quieres hacer daño a nadie porque, si lesionas a un trabajador de tu gremio, al final haces un perjuicio que se vuelve en tu contra. Nunca sabes dónde te podrás encontrar en el futuro, en qué equipo y con qué compañeros". Así se confesaba Pepe el pasado 7 de febrero en una entrevista en EL PAÍS . Dos meses y medio después, de aquellas frases no queda nada. Él mismo se encargó de borrarlas en un par de minutos de locura, los que vivió el martes en el partido Madrid-Getafe . Y eso que es tan consciente de sus calentones -no es el primero que tiene- que hace un trabajo individual específico para controlar los impulsos. Esta vez no le han servido.

Después de perder la cabeza y de abandonar el Bernabéu con ojos llorosos y pidiendo perdón a la afición, al Madrid, a Casquero, a Albín..., el central portugués decidió no acudir ayer al entrenamiento voluntario en Valdebebas. Pedja Mijatovic se reunió con él. El club le ha multado y fuentes del Comité de Competición prevén "una sanción gorda". Dan por hecho que no volverá a jugar hasta la temporada que viene: "Tendrá para un ratito. Como mínimo, le van a caer cinco partidos". Casquero le acusa de no estar a la altura de un club como el Madrid -"hay que ser consecuente con las cosas que se hacen; viste la camiseta del Madrid no la de un equipo de barrio", dijo ayer- y Juande Ramos le defiende y le justifica. "¡Pero cómo le va a dar en la cabeza, hombre! Si hubiese querido darle de verdad, le habría dado", contestó el técnico del Madrid cuando el martes le preguntaron si no le parecía muy peligroso patear a un rival cerca de la cabeza.

El entrenador manchego se ha pasado buena parte de la temporada diciendo que desde el banquillo no se ve nada y justo anteayer sí consiguió ver la no agresión de Pepe: "Ha perdido los nervios. No quería hacer daño a nadie. Las patadas las tiró al aire. Espero que Competición entienda esos minutos de nerviosismo". Quizá se le escaparan algunas imágenes. El luso empujó a Casquero y, antes de que el árbitro pitara penalti, le propinó dos patadas. Luego, al ver que el colegiado señalaba la pena máxima, volvió a acercarse a Casquero, que seguía en el suelo, y le propinó un rodillazo en la espalda y un pellizco en el brazo; le tiró del pelo y le dio un pisotón en el tobillo. El árbitro le sacó la tarjeta roja y Pepe consideró que para frenar la rabia tenía que seguir desahogándose. Resultado: un puñetazo en la cara a Albín. Después, reservó algo de energía para el cuarto árbitro -"sois todos unos hijos de puta", le espetó- y hasta intentó encararse con él. Chendo, Miguel Torres y Metzelder tuvieron que empujarle hacia el banquillo. Una vez sentado, pasó del reglamento y entró al campo a celebrar el gol de Higuaín. "Todo eso no habría ocurrido si el árbitro llega a pitar el penalti al Pipita", aventuró Juande.

Mientras que Pepe ha encontrado en el técnico blanco su principal defensor, Marcelo vive protegido por el club. Mijatovic también se reunió ayer con él y también será multado por los gestos que hizo, más propios de un niño en el colegio que de un jugador de Primera. En el club entienden que "fue provocado" durante todo el encuentro. De ahí que el lateral se permitiera sacar la lengua a Cata Díaz y luego, cuando éste fue a por él al final del partido, tocarse los testículos para provocarle. Algo tan claro como esa imagen -una mano en ellos- se convierte en algo surrealista en las oficinas del Bernabéu. "No nos ha gustado nada lo de la lengua y él lo sabe. Por eso le multamos. No son comportamientos que se deban tener. Pero lo de los genitales es un efecto óptico", argumentan en el club. Dicen que ayer por la mañana estudiaron las imágenes una y otra vez: "En ningún momento se toca los genitales. Parece que sí, pero no".

Marcelo sí acudió ayer a Valdebebas. Él será una de las piezas clave que tiene Juande para reinventarse el equipo en los próximos partidos. Pepe, con toda seguridad, ha terminado la temporada (quedan seis jornadas), Heinze sufre sinovitis y Robben y Sneijder están lesionados. Sólo queda un central puro en la plantilla, Metzelder. El martes, Juande prefirió desplazar a Gago con tal de no dar minutos al alemán.