Una jornada de 10 horas
La jornada de Raquel Rioja comienza cada día a las nueve y media de la mañana en su casa de Leganés (Madrid). Enciende el ordenador, abre el correo electrónico y consulta los anuncios de ofertas de empleo que ha recibido. Responde a los que le interesan. Luego entra en segundamano.com, a infojobs.net, a laboris.net... Así hora tras hora -con alguna interrupción- hasta las siete de la tarde. Es su trabajo.
Raquel, malagueña de 26 años, perdió su empleo hace casi dos meses. Desde entonces, ha ido dos veces a las oficinas públicas de empleo y ha recorrido una decena de empresas de trabajo temporal. Por ninguno de estos canales ha recibido una oferta de empleo que se ajuste a lo que busca: un puesto de trabajo como administrativo. Así que prefiere buscar empleo por Internet. No es la única razón. "Si voy a la oficina de empleo o a ETT, pierdo casi toda la mañana", comenta, "en ese tiempo puedo enviar muchos currículum". Así que pasa los días, sentada en el sillón del salón, delante de su ordenador.
Una vez se quedó en el paro se dio cuenta de que la situación del mercado laboral, desde la última vez que buscó empleo a comienzos de 2008, se había deteriorado mucho: entonces tenía unas dos entrevistas cada día con responsables de recursos humanos, ahora en casi dos meses sólo ha conseguido tres.
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