La hora del 'marqués'
Tito Vilanova sustituirá en el banquillo al sancionado Guardiola ante el equipo alemán
La UEFA prohíbe a Pep Guardiola sentarse esta noche en el banquillo del Allianz Arena como castigo por protestar al árbitro en el turno del Camp Nou. El entrenador del Barça, que fue expulsado el pasado miércoles, tiene prohibido el acceso a la zona de vestuarios, antes y durante el encuentro, porque la ley le impide dar instrucciones a los jugadores. "Ya veremos dónde me pongo y hasta qué punto puedo intervenir", apunta Guardiola, que no parece preocupado: "En el banquillo, cuando gritas, el futbolista rara vez te entiende. Además, tengo a Tito", dice señalando a Francesc Vilanova (Bellcaire d'Empordà, 1969), su mano derecha en el Barça. O, como sostiene Henry, "el hermano gemelo del mister".
"Es el hermano pequeño del 'míster", dice Henry del segundo técnico
Iniesta: "Es como un libro. Enseña mucho y nunca se hace pesado"
"Son muy parecidos", reconoce Sylvinho, que destaca de Vilanova "su gran capacidad de trabajo y su saber estar". "Es muy futbolero. Hablamos mucho. El otro día estuvimos comentando el golpeo en los córners", añade Xavi mientras Puyol le define como "educado, discreto, muy inteligente y muy trabajador". Según Iniesta, "es como un libro; enseña mucho y nunca se hace pesado". "Es parecido al mister, pero más tranquilo", dice Busquets.
Vilanova entró en La Masia, donde a las dos semanas conoció a Guardiola, en 1984. Dos años mayor que el técnico, la edad no fue problema para que hicieran migas. Nunca mejor dicho: desde entonces, forman parte del mismo grupo, Els Golafres (Los Glotones), formado por Jaume Torres, Roura, Sánchez Jara y Altimira, porque siempre se reunían a comer: "Cada uno traía algo del pueblo y... ¡montábamos unas comilonas!". Siguen viéndose al menos una vez al mes. Siempre para comer.
Formó parte Vilanova de un equipo de juveniles histórico que ganó dos Campeonatos de España consecutivos, al Madrid (6-2) y al Athletic (2-1), y, aunque no llegó al primer equipo -sólo jugó un amistoso-, hizo carrera en el Figueres, Celta, Badajoz, Mallorca, Lleida y Elche antes de retirarse en el Gramanet.
En el Figueres, a las órdenes de Jorge D'Alesandro, coincidió con Altimira: "Jugamos la promoción y fui pichichi gracias a los pases de Tito. Tenía un guante", explica quien es hoy uno de los preparadores físicos del staff de Guardiola. Desde entonces, a Vilanova muchos ex compañeros le conocen como el marqués porque, además de muy educado, le molestaba mucho que el balón no estuviera bien hinchado, que el césped estuviera mal... "Tito es un señor", proclama Tintín Márquez, que jugó con él en el Figueres. "Muy buen tipo, trabajador, honrado, de fútbol sabe un huevo", añade el que fuera entrenador del Espanyol. Juande Ramos, técnico del Madrid, también le conoció como futbolista, en el Lleida. "Leía muy bien los partidos. Se veía que llegaría adonde ha llegado", explica.
Vilanova empezó a ejercer de entrenador en los cadetes del Barça -con el equipo de Messi, Cesc y Piqué- antes de sentarse en el banquillo del Palafrugell, el Figueres y el Terrassa, en el que ejercía de secretario técnico cuando Guardiola le fue a buscar. "Tito nunca te deja tirado. Si le necesitas, siempre está. Así que imagino que bastó que Pep se lo pidiera para que aceptara echarle una mano", recuerda un amigo común para justificar por qué Vilanova dejó un contrato que duplicaba el que le ofreció el Barça en el filial.
Hace dos años que Guardiola tiene a su lado a un tipo con el que, dicen "es imposible llevarse mal", que le ayudó mucho en el filial porque conocía la Tercera División perfectamente, que siempre le dice lo que piensa; un tipo trabajador, metódico y muy preparado -tiene el título nacional: se lo sacó con la quinta del Cuco Ziganda-, valiente en la manera de entender el juego y, sobre todo, honrado, carente de ego, que sabe dónde está y que, a su manera -"no es el típico segundo", dicen en el equipo-, aporta mucho. "Y con carácter, ojo. A mí no me perdonaba una sustitución", explica Carles Rexach, su entrenador en la etapa de juvenil. "¿Sabes qué diría Charly de esto?", suele preguntar desde entonces Tito. Será por eso que hoy Guardiola estará tranquilo.
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