"Técnicamente Rossi no es mejor que Stoner, Pedrosa o yo"

Llega Jorge Lorenzo a Qatar, cita que arranca la temporada de MotoGP, y lo hace sin provocar el menor ruido, muy al contrario que el año pasado, el de su debut en la categoría de las motos pesadas. Ahora parece mucho más fuerte, tanto mental como físicamente; equilibrado y tranquilo. El jueves pasado, a mediodía, Lorenzo bajó al gimnasio del Hotel Intercontinental de Doha. Estuvo un buen rato corriendo en una de las cintas. Tras zamparse una manzana pasó por la ducha, chequeó su correo electrónico, hizo unas risas descargándose un par de vídeos de Youtube, y se sentó a charlar con EL PAÍS.

Pregunta. ¿Cómo le ha afectado el cambio de marca de neumáticos [de Michelin a Bridgestone]?

Respuesta. Es algo traumático porque se trata de un elemento que tiene mucha influencia en el funcionamiento de la moto. Cambia todo. Con Michelin, la moto flaneaba mucho. Tenía mucha tracción pero iba deslizándose. Con los Bridgestone, es más estable, gana en agarre, pero cuando patina es difícil de controlar. Hemos tenido que reducir la distancia entre los ejes, ahora la moto es más corta. Pero los pilotos nos basamos en sensaciones y nuestro cerebro actúa en base a ellas, las que tengo son buenas.

P. ¿Y qué va a cambiar en las carreras?

R. La monomarca será buena para los pilotos que el año pasado, en algunas carreras, estuvimos en inferioridad de condiciones por culpa de los neumáticos. Ya nadie va a hablar de las gomas porque todos tendremos acceso al mismo material.

P. Según la pretemporada que ha hecho Rossi, ¿cómo cree que afronta el arranque del Mundial?

R. La principal arma de Rossi es su coco. Técnicamente, no hay mucha diferencia entre él y los tres o cuatro de arriba. No es mejor que Stoner, Pedrosa o yo. Pero al haber ganado tanto, cuando se enfrenta a una situación difícil ya sabe cómo actuar porque lo ha hecho antes. En cambio, los jóvenes no tenemos tantas referencias.

P. ¿Sigue siendo él quien marca el desarrollo de la M1?

R. Es el número uno de la marca y es normal que sea él quien lleve el ritmo y la línea de evolución de la moto. En ese sentido, a mí me va perfecto que sea así.

P. A pesar de eso, Rossi ha querido mantener el muro que les separa en el box.

R. Cuando gané mi primer título en dos y medio (2006), solicité a Aprilia estar solo en un equipo. Me gané el derecho a pedirlo y él también se lo ha ganado.

P. Da un poco de miedo lo rápido que va Stoner, ¿no?

R. En invierno ha ido muy rápido, pero una cosa es la pretemporada y otra muy distinta cuando la cosa va en serio. ¿Qué si Stoner va muy fuerte? Pues sí, pero también lo iba el año pasado y no ganó ni la mitad de las carreras. Este año va a pasar de todo, las cosas cambian mucho de un circuito a otro y los que vamos tras él aún tenemos margen de mejora.

P. ¿Cómo cree que llega Pedrosa tras haberse perdido casi toda la pretemporada?

R. El motociclismo no es un deporte completamente físico, como puede ser el atletismo, el fútbol o el tenis. Aquí, corriendo lesionado se consiguen milagros. Yo lo hice el año pasado y él también lo ha hecho antes. Y aún era más habitual hace 10 o 20 años. Schwantz y Rainey han ganado carreras estando medio rotos.

P. Pero su posición no parece muy cómoda.

R. Pedrosa está en una situación muy complicada. Sobre todo por el lugar que ocupa. Llegó a MotoGP en 2006 al equipo más potente. Tiene una buena moto y bastante experiencia. Haberse lesionado le deja una papeleta difícil. Yo confío mucho en él como piloto y seguro que estará delante, pero la presión que tendrá este año será tremenda.

P. En los últimos meses, usted ha repetido que ahora confía plenamente en la gente que le rodea. ¿Antes no lo hacía?

R. Digamos que antes tenía confianza [en Dani Amatriain, su ex representante] porque no quería saber la verdad. Cerraba los ojos y me concentraba en pilotar para no ver la realidad. Era una forma de aislarme. Tenía miedo de lo que podía encontrarme. Iba pilotando, pero algo me decía que había cosas que no iban bien. Con las personas, hay veces que piensas: 'no veo nada raro pero algo me dice que éste no es trigo limpio'. Me he sacado un peso de encima.

P. Ha cambiado su forma de entrenarse. Ahora hace más cosas. ¿Qué beneficio ha obtenido?

R. Juego al fútbol una vez por semana. Antes, siempre me pasaba lo mismo: me subía a la moto y al día siguiente tenía unas agujetas terribles. La moto te exige un esfuerzo físico muy específico, distinto al que haces en el gimnasio. Todos los pilotos tenemos ese ácido láctico después de los entrenamientos y las carreras, y con el fútbol trato de eliminarlo. He querido trabajar más músculos y de forma distinta. También he comenzado a correr en la cinta, llevaba ocho meses sin poder hacerlo porque los tobillos no estaban recuperados. También hago pilates para endurecer los abdominales. Y thai boxing, que me obliga a trabajar la coordinación y es un ejercicio cardiovascular divertido.

P. ¿Cómo influyeron las caídas del año pasado a la hora de cambiar sus hábitos?

R. He ganado músculo, unos cuatro kilos [ahora pesa 65], pero el secreto está en encontrar un buen compromiso. Si me quisiera poner como una bestia, me bastaría con comer mucho y hacer pesas de forma específica. Si pesara 80 kilos y me cayera, es evidente que me haría menos daño porque los músculos amortiguarían los impactos. Pero a lo mejor me agarrotaría y, además, la moto correría menos. En ese sentido, el mejor cuerpo para ir en moto es el que tenía Bruce Lee: muy fibroso, con mucha fuerza, elasticidad y rapidez.

P. El año pasado reconoció, tras quedarse inconsciente por una caída en Montmeló, que llegó a pensar en dejar de correr. ¿Cómo se vino arriba?

R. Solté energía negativa delante de las personas que estaban a mi alrededor en la clínica. Pero el tiempo lo cura todo, y las dudas se esfumaron.

P. ¿Sacó conclusiones?

R. Aquello me acercó a la realidad de este deporte. Antes, estaba un poco alejado y no tocaba con los pies en el suelo. En Mugello (Italia), antes de la caída de Montmeló, uno de mis mecánicos me dijo: 'no puedes hacer el cabra, en esta carrera hay que sumar puntos'. Y yo le respondí: 'A mí me da igual, esta temporada es para probar cosas y arriesgarme'. Me caí, y en Montmeló volví a hacerlo. Era el quinto accidente en cuatro carreras y el cuarto muy fuerte. Allí me di cuenta de que con estas motos no puedes arriesgarte tanto. Si te caes con una MotoGP, la posibilidad de lesionarte se multiplica por tres en comparación a una de 250cc. Hasta ese momento, no sabía el peligro que tienen estas motos. Mi realidad era otra; pensaba que nunca me haría daño.