Un árbol de los deseos en Granada
GAR-ANAT HOTEL DE PEREGRINOS, algo de teatro en el original establecimiento del barrio del Realejo
Las ciudades invisibles... El retablo de Maese Pedro... Ítaca... León el Africano... Serena de Amarillos... Balada del jardín eterno... Don Alhambro... Leyenda de la Rosa de la Alhambra... Granada la Bella... Cualquiera de estas habitaciones valdría para poner en escena un sueño de peregrino recién llegado a la ciudad del último rey nazarí. La música se trae de fuera, que la poesía ya la pone Raúl Lozano, director de este establecimiento y del Ladrón de Agua, unas cuestas más allá, capaz como nadie de vislumbrar en la estructura de corrala que sustenta el viejo edificio un nuevo concepto de hotel teatro. Aquí se representan periódicamente fragmentos de ese alhambrismo que cultivaron Lope de Vega, Calderón, Chateaubriand, Zorrilla, Pedro Antonio de Alarcón o el Lorca de La Barraca; piezas dramáticas, tertulias y talleres con la participación de granadinos ilustres, y toda una serie de conciertos musicales en los que Lozano se vuelca para que el huésped, el amigo, se sienta único protagonista.
GAR-ANAT HOTEL DE PEREGRINOS
PUNTUACIÓN::7
Categoría oficial: tres estrellas. Dirección: Placeta de los Peregrinos, 1. Granada. Teléfono: 958 22 55 28. Fax: 958 22 27 39. Internet: www.hoteldeperegrinos.com. Instalaciones:garaje, sala de convenciones para 30 personas, salón, comedor de desayunos. Habitaciones: dos individuales, siete dobles, seis junior suites, una suite; habitaciones para no fumadores. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, no admite animales. Precios: temporada alta, 118 euros + 7% IVA; temporada baja, 88 + 7% IVA; desayuno incluido.
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El tratamiento arquitectónico del hotel peca de vulgar e impostado, frente a un interiorismo con atmósfera encargado al arquitecto Francisco del Corral con la ayuda de artistas como Pedro Garciarias, Mika Murakami y Paco Carreño. Los detalles, a cientos, sorprenden y cautivan, las noches transcurren en paz, y una vez franqueado el pórtico del siglo XVII que da a la calle se intuye que dentro siempre pasa algo. Uno husmea en la segunda planta y todo sabe a madera. Uno se guarece en el saloncito aljibe y le entran ganas de desayunarse (¡qué insulso el bufé, oh!). Uno se planta bajo el Árbol de los Deseos, junto a la fuente, y no puede por menos que clavar un papelito con los suyos... y esperar que se hagan realidad.
Al estilo de los camerinos
Poemas dedicados, iluminación efectista, objetos de anticuario, muebles minimalistas... Hay un cuarto de baño al estilo de los camerinos, con sus espejos de bombillas. Hay también unas bambalinas cedidas por el Archivo Manuel de Falla del teatro de marionetas de la época lorquiana. Y mucho calor humano con nombre y apellido: Raúl Lozano. Su ánimo emprendedor le lleva a organizar un variado programa de actividades culturales sobre Granada, como Jardines Poéticos en Gar-Anat, un taller de poesía y pintura.
Todo nos retiene adentro, porque adentro la vida es sueño. Quien persiga la realidad puede enfilar en apreturas la calle de San Matías y abrirse hasta Puerta Real.
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