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Los hielos del Ártico pierden grosor, además de extensión

La capa delgada se ha reducido 720.000 kilómetros cuadrados en tres décadas

La capa de hielo ártica delgada, estacional, que se funde en verano y se vuelve a congelar en invierno, supone ya el 70% del casquete polar en los meses fríos, mientras que en las décadas de los ochenta y los noventa era entre el 40% y el 50%. En cuanto al hielo grueso, que sobrevive dos o más años, es sólo el 10%, mientras que antes rondaba el 30% o el 40%. Estos nuevos datos, tomados desde satélites, demuestran que continúa la tendencia a la reducción de esa superficie helada septentrional registrada desde hace unos años. El hielo se está encogiendo allí en extensión, pero también en grosor.

Este invierno la extensión de hielo en el Ártico ha sido la quinta más reducida, y los seis años de récord de mínimos, desde que hay datos de satélites (1979), se han producido entre 2004 y 2009. Según los investigadores de la Universidad de Colorado en Boulder que han presentado los últimos datos, el máximo de extensión en 2008-2009 (alcanzado el 28 de febrero) fue de 15 millones de kilómetros cuadrados, lo que significa 720.000 kilómetros cuadrados menos que la media entre 1979 y 2000.

"La extensión de los hielos es una medida importante de la salud del Ártico, pero sólo nos da una visión en dos dimensiones de la capa helada", explica Walter Meier, científico de Boulder, en una comunicación de la NASA. "Pero el grosor es importante, sobre todo en invierno, porque es el mejor indicador global de la salud de la capa de hielo. Cuanto más fina, más vulnerable es a la fusión en verano".

Los científicos dicen que los hielos árticos son como el aire acondicionado del sistema climático global, ya que enfría el aire y las masas de agua y desempeña un papel clave en la circulación oceánica. Además, refleja la radiación solar hacia el espacio.

La medición directa del grosor de la capa helada es difícil, y los científicos solían hacer estimaciones a partir de la edad del hielo. Pero un equipo del Jet Propulsion Laboratory, liderados por Ron Kwok, acaba de hacer un mapa de grosor de hielos marinos de todo el Ártico usando la información tomada por el satélite ICESat, de la NASA.

"El hielo marino más viejo, más grueso, está siendo reemplazado por hielo nuevo, más fino", advierte Kwok. "Con estos nuevos datos tanto del área como del grosor de los hielos árticos marinos, comprenderemos mejor la sensibilidad y vulnerabilidad de las capas heladas al cambio climático".

Visualización de las observaciones del Ártico realizadas con el satélite <i>Aqua</i>, que muestra la máxima extensión de hielo de 2008-2009.
Visualización de las observaciones del Ártico realizadas con el satélite Aqua, que muestra la máxima extensión de hielo de 2008-2009.NASA

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